¿Qué le parece tener un menú vinculado a Los días felices

La verdad es que me ha sorprendido mucho y, si lo llego a saber, hubiese sido más cuidadosa al describir los platos porque solo hablo de atún con pimientos, albóndigas y bacalao (ríe), aunque creo que el chef va a hacer una muy buena receta porque ese es su reto, convertirlo en una delicia. Y me gusta mucho la idea de que habrá un vino con el nombre de uno de los personajes, Pecu, con mucho peso en la novela.

Esta es su segunda novela. ¿Se ve ya como una escritora?

Cuando fui finalista del Planeta y me llamaban escritora yo siempre decía que un escritor debe tener una trayectoria muy larga con libros que lo demuestren. Yo solo tengo dos libros de ficción y dos de no ficción y, por ahora, dedico mucho más tiempo al periodismo que a escribir ficción.

Han pasado cinco años desde La vida imaginaria

El Planeta es lo más sorprendente que me ha pasado en mi vida, por lo inesperado de que me premiaran con una primera novela. Me cambió la vida porque me abrió una puerta. Al escribir La vida imaginaria pensé que nunca iba a publicarla y con esta sí sabía que iba a tener lectores, y eso es una diferencia. Siempre dije a la editorial: «Cuando tenga una novela os la daré, pero no sé ni si habrá otra ». Necesitaba esa libertad para escribir, no quería escribir ni para los periodistas,ni para el jurado, pero sí para los lectores, para que conocieran más mi escritura, y también el humor que hay en esta novela.

Los días felices sigue la vida de un personaje cada cinco cumpleaños, al estilo de la película Los días felicesBoyhood

Más que Boyhood, las películas Antes del amanecer y Antes del atardecer [también del mismo director, Richard Linklater] cuentan la historia de dos personajes en un solo día, y en esta novela los personajes también tienen un encuentro de 24 horas. Luego, la idea de contar la vida de Miguel cada cinco años me la saqué de la manga, me la inventé un día andando, y es verdad que si cuentas la vida de una persona cada cinco años sacas un buen resumen.

¿Ha hecho ese ejercicio?

Lo he hecho a posteriori, porque estaba muy centrada en escribir la vida de Miguel, el protagonista. Ten en cuenta que los lectores solo verán cinco días en la vida del protagonista pero yo he escrito veinte años, he tenido que trabajar esas dos décadas y escribir más de 800 páginas [la novela tiene 256 páginas] con apuntes de su vida: ver si fue a la universidad, qué pasó con su historia con Claudia, dónde vivieron, qué autobuses cogían, a qué se dedicaban...

Vamos, que tiene para escribir una precuela, una secuela...

Sí (ríe), ahora me dice mucha gente que lo que tengo que hacer es contar la versión de Claudia, el personaje femenino.

No es una novela sobre la felicidad, aunque se hable de ella. ¿Qué quería contar?

Con ese título no iba a hablar de la felicidad, era muy obvio, pero en el día de tu cumpleaños todo el mundo te dice siempre que tengas un feliz día y, por otro lado, la novela habla de la vida, y de los 20 a los 40 años son dos décadas muy intensas donde todo se vive a lo grande, tanto la felicidad como la tristeza.

Con 20 años no piensas en los 40, pero con 40 ¿tiendes a recordar más los 20?

He puesto a los protagonistas con 40 años y se cuentan los 20 anteriores. Yo tengo 43 años y me apetecía escribir sobre escenarios que pudiera reconocer, que yo había vivido. Es verdad que rezuma melancolía pero en estas dos décadas pasan cosas muy importantes, ves que la vida va en serio, que hay gente que se queda en el camino, que tomas decisiones definitivas: tener un hijo, elegir la ciudad donde vivir... y todo eso ocurre en esas dos décadas.

Lleva más de una década en La 2 Noticias, que es casi una isla en TVE. ¿Se plantea dejarlo por la escritura?

Habiendo escrito solo dos novelas no tengo muy claro cómo sería solo escribir. Me cuesta mucho sacar horas al día para hacerlo y estar cuatro horas sin levantarme de la silla con un trabajo como el mío y, hoy por hoy, no sé si voy a necesitar escribir más.

Porque usted escribe ¿por necesidad, por impulso?

Por pura necesidad, siempre lo he dicho. Así escribí La vida imaginaria, porque necesitaba crear un personaje, y así escribí Los días felices, porque necesitaba hablar sobre los amores interrumpidos. Me vienen miles de ideas a la cabeza pero debes tenerla muy preparada para crear toda la estructura de una novela.

¿Le gusta o le cuesta promocionar los libros?

Es lo que más me gusta, las entrevistas y el encuentro con los lectores. Eso es impagable.