Roberto Lapid es un arquitecto y escritor argentino (Córdoba, Argentina, 1959) que cuenta con tres novelas publicadas ( Dizna. Mensaje desde el pasado, El enigma Weiss y Pasión imperfecta). En la actualidad prepara su cuarto libro, una novela histórica para la cual está buscando información y de la que aún no tiene título, pero una parte de la trama se detiene en un personaje real que fue a parar a Carcaixent (Valencia) bajo la protección de la dictadura de Franco y asesinado en esta localidad en el año 1969.

Se trata del general croata Maks Luburic, un criminal de guerra nazi que dirigió un campo de concentración yugoslavo durante la Segunda Guerra Mundial, «le llamaban Maks el carnicero, formaba parte del ejercito Utasha, aliado de los nazis. Luburic dirigió, siendo bastante joven, el campo de exterminio de Jasenovac. Liquidaban judios, gitanos, etc. de las maneras mas brutales. Hasta los mismos nazis se espantaban. Hacían competencias de cuantos prisioneros podían degollar en minutos», señala el escritor argentino.

Luburic, relata, huyó a la España de Franco, «se dice que con documentación otorgada por el Vaticano, tras pasar por algunos conventos. Protegido por el padre Franciscano Oltra, llegó a Carcaixent en 1947. Allí vivió con el nombre de Vicente Pérez García, hasta ser asesinado el 20 de abril de 1969 y, a partir de ese momento, se descubre, poco a poco, su verdadera identidad», ya que fue asesinado por un empleado suyo, Ilija Stanic, también croata, en la imprenta que tenía.

«Se dice que era agente de Tito, pero no se ha comprobado», señala Lapid, que sobre todo ello trabaja para su novela y aprovechó estos días pasados una corta estancia en Alicante, ya que una de sus hijas vive en la ciudad, para indagar sobre este suceso en los archivos de INFORMACIÓN y Levante-EMV.

«Me encontré con esta historia buscando documentación, porque gusta ser fiel a la historia, que la historia sea un escenario donde liberar mi fantasía», indica el escritor argentino, cuya novela está protagonizada por «un perdedor, un periodista valenciano que está pasando un mal momento al que mandan a Carcaixent a cubrir esta noticia y a partir de ahí se desarrolla una historia en la que también aparece el Mosad, la agencia de inteligencia israelí, y judíos en campos nazis», explica.

El tema del holocausto y de los criminales de guerra que huyeron a otros países siempre interesó a Roberto Lapid y ya lo había «rozado» en otras novelas. «Es un asunto que me interesa porque mi familia, de origen judío, murió en campos nazis y creo que los libros deben entretener y divertir pero también enseñar. Lo sucedido en la Segunda Guerra Mundial fue terrible, el nazismo es un tema que marca las diferencias entre el bien y el mal y hay que estar alerta y cuidarse para que no vuelva a repetirse algo así».

Lapid visitó recientemente Carcaixent, se reunió con el alcalde, el edil de Memoria Histórica y la responsable del Archivo Municipal y visitó la casa y la tumba de Luburic reuniendo suficiente material para poder seguir con la escritura de su novela.