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Vanessa Montfort: «La mujer es uno de los grandes temas hoy»

La novelista y dramaturga charla hoy a las 19.30 horas en Casa Mediterráneo sobre su última novela, Mujeres que compran flores

La escritora barcelonesa Vanessa Montfort. pilar écija

Vanessa Montfort (Barcelona, 1975) es una de las voces de la narrativa contemporánea invitada al ciclo Escritores y el Mediterráneo por el que ya han pasado Jorge Reverte y Manuel Vicent. Una odisea femenina por el Mediterráneo es el título de la conferencia que la novelista y dramaturga dará hoy a las 19.30 horas en la sede de Casa Mediterráneo, que sirve a Monfort para hablar del viaje de una de las protagonistas de su última novela, Mujeres que compran flores (Plaza y Janés, 2016), que alcanza ya 16 ediciones.

La novela empieza con el viaje por mar de la protagonista, que lleva veinte años navegando «como copiloto» y ahora debe tomar el «timón» del barco para cumplir los deseos de su marido fallecido y viajar de Alicante a Tánger para dejar sus cenizas en las Cuevas de Hércules. Ese periplo para desprenderse «del síndrome del copiloto, como si fuera una heroína en busca de sí misma» sirve a Monfort para contar una historia de amistad entre cinco mujeres que coinciden en el centro donde compran flores.

«A mí no me había interesado el tema de la mujer hasta ahora, quizá porque soy mujer y al escribir me intento alejar de mí misma y siempre me interesa más meterme en la vida de los otros», avanza la escritora de 42 años que, tras haber cultivado la novela negra y la novela histórica con diversos reconocimientos (Premio Ateneo Joven de Sevilla 2006 con El Ingrediente Secreto, Premio Ateneo de Sevilla, 2010 por Mitología de Nueva York o Premio Ciudad de Zaragoza a la mejor novela histórica 2014 por La leyenda de la isla sin voz) en estos momentos piensa, sin embargo, que «la mujer es ahora uno de los grandes temas» en la sociedad.

«Me he dado cuenta de que en los últimos años hay un magma de cambio en las mujeres, hay una revolución femenina que, tras la revolución feminista de generaciones anteriores, quiere dar un paso más en nuestra calidad de vida», explica tras ahondar en que la generación actual de mujeres entre los 35 y 45 años «han sido las destinatarias del sueño feminista, un sueño que ahora tienen que llevar a la práctica, y no es fácil porque la sociedad no está preparada para ello y es la sociedad la que no permite ese avance».

Montfort incide en que no se trata de librar una guerra contra el otro sexo sino de establecer un diálogo de complicidad con el sexo contrario porque los hombres «son los primeros interesados en que seamos felices», aclara, pero también ellos andan «despistados» con los cambios en su papel tradicional.

«Nosotras vamos desquiciadas corriendo de un lado para otro con el síndrome de superwoman y parece que no nos podemos permitir ni un fallo. El estrés vital es la queja más común», apunta la autora, quien considera que «las mujeres hemos conquistado los despachos pero no el espacio propio. Estamos aún reclamando la ''habitación propia'' de Virgina Woolf».

«Se nos invitó a masculinizarnos para hacernos respetar, se nos dijo que priorizáramos nuestra carrera, nuestra independencia, que no pasaba nada por no tener hijos, y a lo mejor yo lo que quiero es tener hijos», reflexiona la escritora, que considera que «se trata de encontrar nuestro lugar como mujeres sintiéndonos respetadas».

Sobre los recientes casos de violencia sexual contra las mujeres, Vanessa Montfort opina que estos casos no muestran un retroceso en el camino conquistado: «Es simplemente que la libertad y la igualdad, como el amor, nunca se conquistan del todo. Por muchos pasos que se den siempre tendremos que vigilarlas y cuidarlas. Pero no se puede volver al pasado y desaprender lo aprendido», manifiesta.

La autora rechaza los clichés de «literatura femenina» que con frecuencia acompañan su última novela -«me peleo mucho contra esas etiquetas de literatura de mujeres para mujeres», apunta- pero reconoce que el hecho de llevar en el título la palabra «mujeres» excluye de su lectura inicial a muchos hombres: «Sí, totalmente, y también a la crítica; hay que convencerles de lo contrario».

Pero no se queja. El libro lleva 16 ediciones y aún no se lo cree, «parece que he enganchado una bombilla a un cable y por eso veo que es un tema muy actual». Ella ahora se encuentra «en fase de encierro» preparando su próxima novela sobre la ansiedad de vivir en las grandes ciudades y reconoce que disfruta entre géneros diferentes, al igual que en disciplinas narrativas -también escribe teatro y dirige una compañía de teatro fantástico, Hijos de Mary Shelley, creada con Fernando Marías y Espido Freire-. «Yo creo que escribiría hasta los prospectos de los antibióticos», bromea.

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