Dos meses después de que saliesen a la luz las primeras acusaciones contra Harvey Weinstein, la actriz Salma Hayek denunció ayer que el productor la acosó en múltiples ocasiones, la amenazó de muerte y la presionó para grabar escenas de sexo.

En una columna en The New York Times, la actriz mexicana dijo que había tenido que decir «no» a Weinstein cuando le proponía ducharse juntos y se ofrecía a darle un masaje o practicarle sexo oral.

Hayek confiesa que en un primer momento pensó que su testimonio no era necesario, puesto que no creía que su historia fuese a cambiar nada, pero finalmente se dio cuenta de que contarla sería el único modo de «resolver» ese capítulo de su vida.

La intérprete confiesa que el productor la intentaba persuadir a veces con «palabras dulces» y en otras ocasiones diciéndole cosas «terribles», como cuando en una ocasión le espetó: «Te mataré, no creas que no soy capaz».