Nació en Alicante en 1866 y murió en México en 1951. Medio siglo después de su fallecimiento, el historiador y jurista Rafael Altamirá ya tiene un busto en los jardines de la Diputación de Alicante como reconocimiento a su labor pedagógica y humanística. El acto se ha celebrado esta mañana, con la presencia de la nieta del estudioso, Pilar Altamira, y del autor de la escultura, el artista crevillentino Miguel Ruiz Guerrero.

Precisamente fue Pilar Altamira quien realizó la petición hace años para que la ciudad tuviera una escultura de su abuelo. La Diputación tomó el testigo y el diputado de Cultura, César Augusto Asencio, se encargó de que materializase esta propuesta.

Este homenaje se completa esta tarde con una mesa redonda, a las 19 horas en la Casa Bardín, que contará con el catedrático Agustín Bermúdez, que hablará sobre Rafael Altamira, su legado como historiador del Derecho, y el rector honorario Antonio Gil Olcina, sobre Rafael Altamira, de la cátedra universitaria al Tribunal Internacional, además de Pilar Altamira.