Ben Mendelsohn, el villano de moda por la serie Bloodline o el film Rogue One y proyectos como Ready Player One (de Steven Spielberg), frena esa tendencia con El instante más oscuro, donde encarna al rey británico Jorge VI: «Espero no ofender a la reina Isabel II», dijo a Efe.

Mendelsohn, de 48 años, pasó tres décadas en su Australia natal interpretando «personajes mucho más dulces» que los que le han dado fama, especialmente ese Danny Rayburn de Bloodline, por el que ganó el Emmy y fue nominado a los Globos de Oro.

Aquella interpretación no pasó desapercibida en la industria y le abrió las puertas en Hollywood, a pesar de que para entonces ya se había hecho hueco, como secundario, en superproducciones como El caballero oscuro: La leyenda renace y Exodus: Dioses y reyes. «Ponerme en la piel de Jorge VI ha sido un gran alivio», confiesa el actor. «Para mí es un honor estar trabajando. Amo este negocio. Fue un placer que Joe Wright (el director de El instante más oscuro) me quisiera para esto. Es como pedir a un actor mexicano hacer de Isabel II o el Duque de Edimburgo», señaló entre risas.

«Hubo muchos retos que superar y tuve mis dudas porque pensé que iba a decepcionar a quienes confiaron en mí, pero estoy encantado con el resultado. Sinceramente, espero que a la reina le guste la película y espero que no le ofenda mi retrato de su padre», valora Mendelsohn.

Jorge VI ha sido un personaje interpretado recientemente por Jared Harris en la serie The Crown y Colin Firth en El discurso del rey, trabajo que le valió un Óscar. «Son interpretaciones magníficas, pero yo preferí documentarme en las imágenes que tenemos de él. Imagino que Su Majestad verá la cinta porque es una obra relevante. Estoy seguro de que la reina guarda recuerdos muy vivos de lo que contamos en la película», declaró.

El filme, ya en las salas de Estados Unidos, cuenta cómo en la II Guerra Mundial, cuando la caída de Francia es inminente, Gran Bretaña se prepara para afrontar la inminente invasión nazi. Las tropas de Hitler avanzan sin freno y, con los Aliados arrinconados en las playas de Dunquerque, el destino de la Europa occidental depende del recién designado primer ministro británico Winston Churchill ( Gary Oldman). Churchill, mientras lidia con sus rivales políticos en el Parlamento, debe decidir entre negociar con Hitler o luchar hasta las últimas consecuencias. En esa situación, pesará mucho el apoyo ofrecido por el rey Jorge VI, quien pasa de ver a Churchill con escepticismo a reconocer su valía como líder.