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Cuarenta años de arte con Frax

La fundación cultural de Alfaz del Pi creada en 1977 por José Frax prepara una gran exposición con los fondos propios de la colección de más de 300 obras

Edificio de la Fundación Frax, levantado en una parcela de 9.500 metros cuadrados en la playa del Albir, en Alfaz del Pi. david revenga

La Fundación Frax celebra este año cuatro décadas desde su creación, el 13 de octubre de 1977, por el coleccionista y registrador de la propiedad de Benidorm, José Frax Benedí. Con sede central en Alfaz del Pi, la institución tenía el objetivo de construir un espacio en el que exponer sus colecciones y facilitarlo a artistas de todo el mundo para exponer sus obras, así como crear becas de estudio.

José Frax falleció en 1991 sin llegar a ver materializado el gran centro cultural que proyectó, en primera línea de la playa del Albir, que no se inauguró hasta el año 2009. Desde entonces, más de 250 artistas de todo el mundo han desarrollado 140 exposiciones en estas instalaciones, que también han acogido 70 conciertos hasta 2016 y celebrado una treintena de conferencias, talleres o encuentros profesionales.

Atrás quedan los problemas judiciales provocados tras la muerte del fundador, ya que, como señala su presidente desde 2008, Matías Pérez Such, la familia intentó deshacer la fundación, lo que, unido a la desidia de los patronos iniciales afectó al patrimonio de la fundación y provocó el control de esta por la Generalitat Valenciana durante una década hasta 2007. Una parte de las obras de la colección que se encontraban en la galería Theo de Madrid -las más importantes, con obras de Bacon, Miró, Chillida, Picasso o Juan Gris- fueron sacadas de España por la hija de Frax al fallecer el galerista y aún hay un pleito pendiente por ello en Madrid, apunta Pérez Such, pero la fundación recuperó otras 85 pinturas y siete esculturas que se encontraban custodiadas en el IVAM por orden judicial y que desde 2013 descansan en la fundación.

Con motivo del 40 aniversario de su constitución, la Fundación Frax prepara ahora una gran exposición con los fondos de su colección, formada por más de 300 obras que nunca se han expuesto, incluidas las recuperadas del IVAM, entre las que hay piezas de Picasso, Sempere, Varela, Cossío, Zobel, Millares, Julio González, Rodin, Lobo o Amadeo Gabino.

La muestra, que quizá se haga por fases, se celebrará el próximo año 2018, «ahora está preparándose con el decano de la facultad de Bellas Artes de Altea, José Vicente Martín, ya que hay obras que llevan más de 20 años guardadas y algunas hay que restaurarlas», apunta el presidente de la fundación.

Pérez Such manifiesta que la institución vive «un renacimiento» en los últimos años. A la recuperación de las obras de la colección se sumó el refuerzo institucional y profesional de la fundación con la creación hace un año del Patronato de Honor -formado por los exrectores de las universidades de Alicante y Miguel Hernández de Elche, Ignacio Jiménez Raneda y Jesús Rodríguez Marín, respectivamente, y el alcalde de Altea, Jaume Llinares- así como del Consejo Asesor, integrado por el antes citado decano de Bellas Artes, José Vicente Martín; Fernando Vera, catedrático de Análisis Geográfico Regional de la UA; Ricardo Llácer, doctor arquitecto; Natividad Navalón Blesa, catedrática de Escultura de la Universidad Politécnica de Valencia, y Carla Ferrer, arquitecta, además de los concejales de Cultura de Altea y Alfaz del Pi.

Levantado sobre una parcela de 9.500 metros cuadrados, el edificio cuenta con cuatro espacios expositivos entre el hall, el pasillo de acceso y dos salas, una de ellas, la dedicada a Pedro Delso, es un espacio diáfano de 1.500 metros cuadrados «que ni el IVAM tiene una sala de estas dimensiones y que hace que se considere la mejor sala de exposiciones de la Comunidad Valenciana», asegura Pérez Such.

Además, el edificio es objeto de deseo de los artistas, especialmente de artistas extranjeros y los próximos dos años se encuentran ya cubiertos con exposiciones programadas. Se ha pasado de las dos exhibiciones al año en 2009 a las 30 anuales en la actualidad, además de otras 20 actividades culturales, todas ellas gratuitas, por las que han pasado más de 100.000 visitantes.

La colección ha ido creciendo con la aportación de una obra por cada muestra realizada y la fundación tiene en proyecto ampliar las instalaciones para crear una sala permanente con sus obras, a partir de lo cual se podrá solicitar la declaración de museo.

La fundación tiene sus propios recursos para financiarse mediante fondos inmobiliarios que Frax dejó. Su presupuesto anual es de 350.000 euros y la aportación pública es mínima, de un 5%, correspondiente a la Diputación, con quien la fundación colabora para llevar las exposiciones a otras localidades de la comarca.

En el horizonte a medio y largo plazo de la fundación se contempla también la creación del futuro Museo del Turismo. «Hay espacio suficiente para combinar la parte cultural y la turística, que serían complementarias», explica Pérez Such, experto en este sector, que justifica su creación «porque no existe ningún museo de este tipo en el mundo, es nuestra primera industria y somos líderes en el turismo industrial y de masas». Esta idea, que ya existe online, dispondrá de espacio físico antes de que acabe el año y abarcará proyectos como la recuperación de testimonios de los pioneros del turismo.

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