Es un animal de radio que vive y relata de forma intensa y emotiva las noticias y la información a través de las ondas. Ha siso corresponsal de la Cadena Ser en Estados Unidos y ahora ocupa la franja matinal los fines de semana.

¿La información de proximidad sigue siendo el gran sustento de la radio?

Soy un enorme defensor de la información local y de la radio de proximidad. Me duele ver cómo emisoras grandes prescinden de las pequeñas o despiden a profesionales que abren la radio por la mañana, cubren las ruedas de prensa, los informativos y el cierre por la tarde. Es algo triste. Es una especie de apoyo a las cadenas locales que son la sangre de lo que hacemos.

¿Cuando volvió a España tras su periplo americano encontró su ciudad y el país muy cambiado?

Muchísimo. Cuando me fui el teléfono móvil era algo que tenía el Rey. De Internet sabíamos que existía pero no conocíamos exactamente lo que era. Cuando volví me encontré una España más moderna, realizada, progresista pero al mismo tiempo hay una especie de caspa residual que todos aborrecemos y sin embrago no corregimos. Por ejemplo, en el lenguaje, hay todavía una lenguaje machista que pasamos por alto, se nos olvida decir 'esto no debería ser así'. Tiene que ver mucho con el machismo, la herencia franquista y el aislamiento heredado.

¿Le gustaba más la vida de corresponsal?

Cuando eres corresponsal eres los ojos y oídos de millones de personas del país, sobre todo en una época en la que no había redes sociales. Esa responsabilidad a mí me pesaba, me gustaba y me asustaba al mismo tiempo, es algo que añoro. Tenías esa maravillosa sensación periodística en la que pensabas que la gente se enteraba de las cosas porque tu se lo contabas. Sin embargo, la gente se entera de las cosas siempre antes que tú. Ahora no estamos informando sino ayudando a entender las noticias.

¿Por qué no aceptó hacer el programa Hoy por hoy

Había demandas y exigencias por mi parte que no era compatibles con las propuestas de la cadena y no hubo forma de llegar a un acuerdo. Agradezco a la Ser como piensa en mí y me cuida.

¿Los oyentes de fin de semana son diferentes o usted les ha cambiado el 'chip'?

Me he dado cuenta en los últimos años que el oyente de lunes a viernes es un oyente frustrado y enfadado porque está trabajando, se encuentre en un atasco, porque hay mucha publicidad o tiene que dejar a los niños en el colegio. Mientras que el oyente de fin de semana está más relajado y está más abierto a que entres en su conciencia para informarle. Lo hacemos a través del humor, la ciencia, la política, la música y de otras cosas.

Usted incorpora mucha música en su programa, al estilo americano.

Quiero que la música construya ambientes y emociones y edifique un relato.

¿Qué diferencia encuentra entre la radio española y la americana?

Son la noche y el día en todo. En Estados Unidos la radio pública no es una radio financiada por el Gobierno, se nutre solos de las donaciones de los oyentes que apuestan por lo que oyen y lo valoran. Esto es algo fantástico, es un regalo constante, es decirte 'me gusta lo que haces y por eso lo financio' aunque sea con diez dólares al año, es un regalo de libertad. No es como en España ya que no tiene el nivel penetración que tiene la radio española.

¿Hay más libertad de pensamiento en la radio americana?

Es un modelo muy diferente. No hay radios liberales y abiertas. Hay emisoras que pregonan un mensaje de derecha dura, por ejemplo, que logran una audiencia enorme del total de la población que quiere escuchar ese mensaje. Es un medio en la que tu quieres escuchar tus propias creencias en una cámara de ecos. En nuestro país tenemos las grandes cadenas y en Estados Unidos tienen una cosa que se llaman sindicación lo que permite que se puedan emitir programas en un lado y en otro, incluso en la cadena de la competencia.

¿Qué echa de menos de su vida americana?

El horario y mi vida ya que los amigos que haces cuando tus hijos son pequeños son para toda la vida, ya que compartes con ellos lo más grande de tu vida que son tus hijos. Los amigos que hice antes de marcharme los he perdido porque todavía no saben que tengo hijas.

¿Por qué no hace televisión?

No veo la televisión en España, me da mucha pereza. Cuando la enciendo tengo la misma sensación que hace veinticinco años cuando veíamos alguna cadena de televisión italiana en la que todo el mundo hablaba muy alto, había muchos colores y muchas tonterías? Pues ahora me siento igual cuando pongo la televisión. Pese a ello hay cadenas y formatos que se salvan de esa crítica. Creo que hay cosas muchas mejores que hacer que ver la televisión.