A sus 70 años, el director albaceteño José Luis Cuerda dice sentirse «encantado» con el rodaje de su nueva película, Tiempo después, con la que recupera tras tres décadas la esencia de Amanece, que no es poco, y confiesa: «Nunca me había visto en una más gorda que esta».

El equipo técnico y artístico es «maravilloso» y ha conseguido un elenco de lujo de 42 actores para llevar a la gran pantalla un filme del que escribió el guión en 1997, pero que entonces no pudo rodar porque no convenció a ningún productor.

Ahora, el realizador y guionista, ganador de dos Goya y recién elegido académico de Bellas Artes de San Fernando, ha conseguido el respaldo suficiente para contar una historia que, según describe, «es un cesto hecho con los mismos mimbres que Amanece, que no es poco, sin ser una segunda parte».

Su nueva película es una comedia surrealista donde imagina un mundo en el año 9177 dividido en dos, los estamentos del poder y los parados y hambrientos del cosmos. «Con la cabecita que se me ha hecho a mí a través de estos años que tengo, me salen este tipo de cosas, con las que yo me lo paso muy bien», reconoce el director, que asegura que con esta nueva película «va a haber risas».

Es capaz de asegurarlo, según desvela, porque la última vez que vio una proyección pública de Amanece, que no es poco contabilizó 36 veces en que el público se reía.

El actor Roberto Álamo es uno de los intérpretes de la película y, según revela, da vida a José María, «quien comunica los dos mundos vendiendo limonada y, obviamente, empatiza más con los parados y termina siendo el líder de esa revolución de los parados».

Álamo cree que «gran parte del público se va a identificar con unos o con otros» porque «todos luchamos para que sea un mundo mejor, más justo, más tolerante, pero inevitablemente hay un mundo donde dominan los poderosos y hay gente que son los no poderosos». También está el actor César Sarachu, que interpreta el papel de Galvarriato, «uno de los ciudadanos del poblado que tiene algo de don Quijote», reconoce.