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Un fenómeno junto al mar

Mientras le espero, observo, se me ha hecho pronto. Desde la terraza del restaurante se ven los últimos vestigios de la Volvo Ocean Race. A pesar del movimiento por el desmantelamiento de la regata, hay una calma chica que inquieta, quizá sea la incertidumbre de todo lo acontecido y lo que queda por acontecer. Y aparece. Lo cierto es que me da, todavía, más calor al verlo. Y para no dar pie a malentendidos me explico: el mismo que me produce una ola sahariana. Y es que lleva un traje de cuadros de gales, pero de lana. «¡Qué calor!», me dice nada más darme dos besos. En cuanto tiene ocasión, se quita la chaqueta. En su camisa, su nombre: Francis Montesinos. Toda la ropa que tiene es creación suya, menos un abrigo que se compró cuando tenía 17 años. «A esa edad, la época de ir a las discotecas, mis amigos venían a casa para que les prestara camisas», recuerda.

Ahora, ya hace tiempo que no va a esos sitios. Sus días empiezan a las seis de la mañana. «Trabajo más, a pesar de la edad. Parece como que te queda menos, nunca piensas así hasta que te haces mayor, entonces tienes ganas de hacer muchas cosas, no paras de pensar en proyectos nuevos. Pronto celebraré mi 50 aniversario. Libros, exposiciones, una película documental? Ya estamos trabajando en ello», adelanta. Mientras me cuenta esto, le da un sorbo a su clarita, ya se ha refrescado.

Es uno de los diseñadores más importantes del panorama nacional, embajador de la marca España, vanguardista, multidisciplinar, visionario, innovador? El mismo al que expulsaron del colegio, para niños bien de Valencia, El Pilar. «No fui buen estudiante. Nos expulsaron a Juan Roig y a mí. Después, me fui a Onteniente a un internado», cuenta asegurando que «esto no lo sabe nadie». Ahora sí. A ninguno le ha ido nada mal, el primero creó Mercadona y en la moda hay un antes y un después de Francis, aunque dice que «nunca pensé en triunfar, solo quería aprender el oficio».

Montesinos vino a Alicante el pasado viernes y , en esta ocasión, de la mano del club de opinión Ocean Race, que fundó Isidro Fernández hace cuatro años. «La idea era crear un punto de encuentro, nos reunimos de forma informal gente de empresa, asociacionismo? Aquí, fomentamos lazos de amistad y debatimos», explica el presidente del club. Por este foro ha pasado gente tan variopinta como Moncho Borrajo, el actor Micky Molina, Jaime Peñafiel, Paco Lobatón, el alcalde Gabriel Echavarri, el presidente de la Diputación, César Sánchez, o Pedro Ferrándiz, entrenador de la Selección Española de Baloncesto.

La comida fue en el restaurante Ocean Race, justo arriba del Museo de la Volvo, y los comensales pudieron charlar y debatir diversos temas con el diseñador. Al terminar se le hizo entrega de una estatuilla que representa el espíritu de estos encuentros. Entre los asistentes, Consuelo Reche, José Vicente Plaza, mano derecha del diseñador, Irene Koch, la cónsul de la República Dominicana, Eddy Peña, el fotógrafo Patricio Gastón, Vitorio Cataldo, Ivania Bolaños, Carmen Amérigo, H armonie Botella, presidenta de Fibro Protesta ya, Gracia de Pascual, y la sorprano Jovita Gómez, entre otros.

Por su parte, la Asociación de Ocio Ocupacional para Personas con Discapacidad Intelectual(AODI), celebra el próximo domingo 5 de noviembre su moto almuerzo solidario. La concentración será a las 9 horas en el parking de Aki San Juan. Después, los moteros irán rumbo a las cuevas de Cannelobre. La inscripción son 10 euros que se hacen el mismo día de la ruta y su importe íntegro irá destinado a los respiros familiares. Paloma Arroyo, presidenta de AODI, asegura que «los que no tengan moto también podrán disfrutar del almuerzo en la terminal de cruceros y más sorpresas». Las bandas alicantinas Stanbrook y Muy Frágil ofrecerán un concierto. Más información en www.aodi.org.

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