La noche del domingo se cambia la hora por segunda vez este 2017. Los relojes se atrasan una hora y a las tres de la mañana volverá a ser las dos. Un cambio que pretende aprovechar mejor las horas de luz solar para consumir menos electricidad y que siempre viene cargado de debate. El ahorro de energía se estima en unos 300 millones de euros pero se critica con el argumento de que la luz que no se usa a primera hora del día se gasta por la tarde debido al atardecer más temprano. El cambio ofrece «numerosas ventajas para la salud», como la disminución de la obesidad y la diabetes y un menor número de accidentes laborales y de tráfico, según el especialista en sueño de Quirónsalud Gonzalo Pin. Por contra, según la Sociedad Española del Sueño , las personas mayores son las más afectadas por el cambio ya que pueden llegar a tardar hasta dos semanas en adaptar su sueño al nuevo horario.