¿Qué ofrece en el escenario?

Un concierto bastante espectacular, con «big band» y mariachis. Debo ser de los pocos locos que van con 24 músicos de gira.

¿Le sale rentable?

No, pero es un gustazo que me he querido dar, y como las cosas me van bien me puedo permitir ganar poquito, o incluso no ganar.

Al que me temo que no veremos es a Arévalo...

Pues mira, le voy a pedir que venga. Él es mi amigo y mi hermano. Yo sólo puedo hablar bien de Paco. Ha sido un absurdo de tal categoría que no tendría que haber llegado a nada.

En los discos de versiones la canción más nueva tiene 20 años. ¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

La música que escuchas en mi casa y mi coche es ese tipo de música y country. Pero si me dices qué década es la mejor, yo te digo que los 80. Pero del 2000 para acá... No sé... No hay una música que digas... Pero oye, que hay música alternativa maravillosa. Yo en el iPad tengo desde bandas sonoras a Dean Martin, pero también música alternativa que flipas.

No le hago yo escuchando a The National o Beach House...

Mira, Sleeping at Last, Benjamin Francis, Bon Iver... Y Cowboy Junkies, Kris Christopherson y los Highway Men, Van Zant...

¿Se siente «crooner»?

«Crooner» es una manera de cantar que para mí es muy fácil porque me va muy bien por mi voz.

«Crooner» también era una manera de vivir.

Yo la hago a mí manera, más country, con campo, caballos... Yo estuve en casa de Sinatra pasando un fin de semana porque su yerno, Wes Farrell, fue el productor de mi disco Motivation. Me dio doscientos consejos.

¿Cómo cuál?

Trabaja como si no te importara no trabajar.

Aunque sea por el físico, le veo más Dino que Sinatra.

Yo también. Dean Martin cantaba de miedo pero no se lo tomaban en serio porque era un cachondo.

¿Cómo a usted?

Sí. Convivo con eso, pero sigo haciendo lo que me apetece.

Supongo que lo de ser guapo también le ha ayudado.

Cuando empecé a todos los que teníamos buena pinta nos ayudaba, pero podría hacerte una lista y el único que queda además de mí es Miguel Bosé. Además de ser guapo hay que tener más cosas. La personalidad influye mucho. Tarde o temprano hubiera hecho algo, no sé si me hubieran dado o no la oportunidad... No sé qué hubiera sido de mí, pero lo hubiera intentando.

¿Y qué queda del Bertín de Buenas noches señora

Poco ya, la verdad. Antes escribía más. Las canciones de aquella época eran mías. Alguna vez he hablado con Sony hacer un disco con canciones nuevas pero ponen 200 problemas, prefieren hacer versiones y no mojarse.

Tras triunfar en España, se fue a México y en los 90 volvió a España pero como personaje de televisión. ¿Por qué?

Fue de esos errores que cometes en la vida. Hubo un momento que me harté de la música, de hacer cien conciertos en América y no ver a mis hijas... En la televisión ganaba más dinero y trabajaba un día a la semana. Me fue fenomenal, pero pasé siete años apartado de la música. Por eso me ha costado tanto volver.

Y ahora hace las dos cosas.

Claro, si no hiciera «Mi casa es la tuya» no podría cantar ni pagar una orquesta de 24 músicos.

¿Y dónde está más a gusto?

Mucho más en el escenario.

¿Para que uno sea definitivamente popular le tienen que salir imitadores?

Yo los he tenido desde que empecé. Desde Julio Sabala, a Esteso o Martes y 13... Me ha imitado todo el mundo.

Pero aquellos le imitaban cantando, ahora imitan al Bertín señorito, espatarrado en el sofá, de derechas. ¿Le gusta esa imagen?

A mí me la sopla, me da igual. Yo sé lo que soy y lo que pienso y lo que opino. Y lo que los demás digan de mí te juro que me da exactamente igual. Que digan que soy de derechas, pues tan honrado, como si fuera de izquierdas.

¿Se ve dando conciertos en una Cataluña independiente?

Yo adoro Cataluña y a los catalanes y esto no se lo merecen los catalanes, ni el resto de España. Tengo muchos amigos, incluidos nacionalistas, que son gente decente y gente normal. Pero lo de la independencia no va a pasar. Pero si pasara, que sea porque es legal, y si es así yo iré el primero con pasaporte a cantar allí.