«Cierra las puertas, echa la aldaba, carcelero. Ata duro a ese hombre: no le atarás el alma». Este verso de Las cárceles, de Miguel Hernández, junto a una de las fotos icónicas del oriolano saliendo del Ayuntamiento de València en la celebración del Congreso Internacional de Escritores e Intelectuales Antifascistas de 1937 -de Walter Reuter- da la bienvenida a la exposición inaugurada ayer en el Archivo Histórico Provincial de Alicante, que se podrá visitar hasta el 31 de enero.

Miguel Hernández y su entorno en la cárcel de Alicante. Un intento de silenciar la palabra reúne por primera vez todos los expedientes carcelarios, gubernativos y judiciales que acreditan la represión franquista sufrida por el poeta, en su mayoría de titularidad estatal albergados en el propio archivo alicantino, pero también del Archivo General de la Guerra Civil del Centro Documental de la Memoria Histórica (Salamanca), o de los archivos de Defensa e Interior, entre otros.

Junto a ello se expone por primera vez en España el expediente policial abierto en Portugal tras ser detenido, donde se recogen las huellas dactilares del poeta y los oficios de su posterior extradición a España, como también se exhibe la ficha de ingreso en el Quinto Regimiento de Milicias Populares o el expediente del Consejo de Guerra en Orihuela, no vistos en Alicante.

El cometido de la muestra es «acercar al público el conocimiento de los principales documentos policiales y carcelarios que revelan las penalidades y el sufrimiento del poeta en sus últimos años y los avatares que sufrió en las cárceles», apuntó ayer el director general de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura, Luis Lafuente, que confía en que en breve se sume a la muestra la correspondencia mantenida entre Miguel Hernández y Pablo Neruda durante ese tiempo.

Aunque el paso del poeta oriolano por prisión fue mucho y diverso -en Huelva, Madrid, Palencia, Ocaña- y pasó por dos consejos de guerra en Orihuela y Madrid, fue en el Reformatorio de Adultos de Alicante donde pasó casi dos años hasta su muerte en 1942. A su estancia allí y a su relación con otros intelectuales y artistas alicantinos en prisión se dedica una gran parte de la muestra, ya que compartió espacio con gente como Ricardo Fuente Alcocer -de quien se expone un retrato inédito realizado a Miguel Hernández, así como numerosas obras dedicadas al hijo del dibujante, Ricardo Fuente Caamaño, que asistió ayer a la inauguración-Gastón Castelló, Eusebio Oca, Miguel Abad, Miguel Signes o Melchor Aracil, entre otros .

El espacio recrea la casa de Miguel Hernández y muestra dos fotos de gran tamaño, de él y de Josefina y su hijo Miguelillo, cedidas. También se proyecta un documental con una entrevista a Josefina y el vínculo de Hernández con el cubano Pablo de la Torriente y la musicalización de algunos poemas por Silvio Rodríguez.

Carmen Amoraga, directora general de Cultura de la Generalitat, destacó la «parte personal» del poeta que se ve en la muestra y la directora del AHP, María del Olmo, incidió en la «parte humana» y en lo «terrible» que fue su estancia y la de sus compañeros en la prisión alicantina. La muestra está abierta a visitas de estudiantes;se prevé que pasen 10.000.