Ejerce como periodista.

Bueno... He trabajado para diferentes medios pero no soy periodista de carrera.

Donde sí ha hecho camino ha sido en el trabajo con personas.

De una manera u otra. Mi idea siempre ha sido contribuir para el progreso de la Humanidad.

¿Qué claves ha interpretado?

Nuestro mundo ha crecido tanto a niveles de transporte como de comunicación que ninguna situación puede resultarnos ajena.

¿Qué quiere decir?

Que se nos brindan unas oportunidades hermosas para el altruismo. Esto es lo que falta.

¿Antes estábamos cerrados?

Más. Y ahora, con las nuevas tecnologías, podemos aprovechar el momento para hermanarnos.

Pues el teólogo Pau Vidal dice que «en Occidente estamos parapetados en nuestra tecnología, ideología y certezas».

Igual que el cuchillo es neutro, un iPhone también. Somos nosotros los que tenemos la habilidad de emplearlo debidamente.

¿Y por qué tanta adicción?

Porque son herramientas poderosas. No vas a estar en las redes sociales todo el día. También hay que salir al monte. El discernimiento está para algo.

Los nacionalismos crecen.

A pequeña escala lo podemos ver mejor. El valor superior es la fraternidad y la diversidad. Yo me junto con mi pareja al ser tan diferentes como libres.

¿Ha dudado últimamente?

No. Creo que la Humanidad no marcha a la deriva. Hay un norte. Daremos muchas vueltas pero un día reinarán las libres voluntades.

Qué le sugiere la frase del psiquiatra García Campayo: «La felicidad depende de la mente».

Que estoy de acuerdo. Por ese hilo se enfocan muchos libros de autoayuda. La mente gobierna las emociones y los cuerpos.

Sobre un «Nuevo grupo de servidores del mundo» habla hoy...

De la clase de gente que se está rebelando para compartir. Esto es lo que me mantiene esperanzado.

Es conocido como un puntal del diálogo interreligioso.

Estamos avanzando hacia mayores cotas de unidad política, económica y cultura. La religiones también quieren sumarse.

¿Cómo?

En el pasado han sido factores que ha promovido la división, el odio y la guerra. Y ahora vemos que puede ser de lo contrario: del encuentro. A eso dedico parte de mi tiempo con la organización del Foro Espiritual de Estella.

¿Es católico?

No. Mi religión es la que se libera del dogma y la doctrina para confluir en una espiritualidad sin fronteras ni nombres ni marcas.

Suena a idealismo.

Me parece que el Papa Francisco está llevando a cabo un lenguaje más liberador.

¿Ha cambiado de certezas?

Continuamente. Hemos de ser lo suficientemente críticos para actualizarnos a diario.

El auge de la autoayuda se relaciona al bajón de la religión.

Hay una importante diferencia: el feligrés tenía una actitud de sumisión y este tipo de literatura nos invita a retomar la autoestima.