Al escritor Roberto Aliaga (Premio El Barco de Vapor 2017) se le ocurren las historias en situaciones cotidianas -el inicio de esta colección surgió llevando a su hija al colegio- y las posibles colaboraciones, en la consulta del dentista. Fue ahí, en la sala de espera, donde leyó un reportaje publicado por este diario sobre los hermanos Jesús y Emilio Gallego, responsables del estudio de animación Gallego Bros en San Isidro, y se dijo que tenía que hacer algo con ellos.

«Realmente fue INFORMACIÓN quien nos puso en contacto. Leí en la consulta una noticia sobre un premio a un corto de animación suyo - Chupasangres- y les dije que me invitaran a un café», recuerda Aliaga, al que invitaron, claro, en enero de 2016. Bastantes cafés después, el resultado de ese encuentro sale ahora publicado en forma de colección de cuatro libros editados por Edebé bajo el título general de La granja, que incluye las historias La hora de la escuela, El misterio del girasol, La carta de amor y ¡Qué miedo! creadas por él e ilustradas por los Gallego Bros.

Aliaga, de origen manchego y afincado hace años en Alicante, es autor de más de cincuenta libros para niños y flamante Premio El Barco de Vapor 2017 con su obra Cómo arreglar un libro mojado. Biólogo de carrera y dedicado de lleno a la escritura para niños, siente además atracción por la animación infantil y propuso a estos expertos que dibujaran los personajes de sus historias.

«Son historias de animales humanizados, donde uno hace de relojero, otro de policía, otra de maestra... Me gusta y me resulta más gracioso utilizar animales a veces para contar cosas», apunta el autor, que admite que en su mente el propósito no es transmitir ningún valor determinado porque «lo primero que tiene que hacer un libro es divertir. Si ya me da terror educar a mis hijos, cómo voy a intentar educar a los que lean mis libros... Otra cosa es que luego se cuelen valores, pero eso llega después. Muchas veces mis libros cuentan cosas que te pasan en el día a día, donde no hay enseñanzas, y el fin es que quien lo lea se lo pase bien y quiera volver a leerlo».

Para ello, el humor suele ser su mejor herramienta «y tiene que estar muy presente, tanto en el texto como en las ilustraciones», apunta el autor, que se declara «muy contento de cómo han quedado los libros, no solo por las ilustraciones sino por el modo de componerlas, donde vas descubriendo detalles que no habías visto con el tiempo».

Los responsables de las ilustraciones se han hinchado a crear personajes y esta fue una de las razones para aceptar, «porque nos permitía crear un mini-universo de cada personaje», apunta Jesús Gallego, que añade otra razón fundamental: «Desde el primer día hubo mucho feeling con él, nos entendimos muy bien y nos reímos mucho».

Los hermanos, que se dedican principalmente a la animación audiovisual, se permiten de vez en cuando disfrutar con las ilustraciones de libros «porque también nos gusta. Esto lo hicimos entre huecos, nos tiramos seis meses para hacer los libros, que no son libros ilustrados al uso, no tienen fondo, se ve más blanco, y se centran más en los personajes».

Ilustraciones «animadas»

Aunque reconocen que los dibujos les salen «muy animados» y se los imaginan como en un storyboard, pasar del audiovisual animado al libro ilustrado sigue un proceso «similar» aunque los lenguajes sean algo distintos. «Diseñamos los personajes, los entornos, hacemos poses para probar como funcionan los personajes, etc -explica Jesús Gallego-. La mayor diferencia es que en cuanto acabas las ilustraciones, el libro se imprime y ya está disponible para todo el mundo, mientras que en las series cuando acabas de ilustrar todas las ideas es sólo el comienzo de todo el proceso, antes de la venta, producción, comercialización y emisión».

No obstante, la colaboración entre los tres no ha hecho más que empezar y no descartan llevar La granja a la animación. «Eso quiere Roberto, que ya está ideando algo así», señalan desde Gallego Bros, con quienes Aliaga va a colaborar en el guion de un corto de los hermanos, que siguen con sus proyectos animados como Pirata y Capitano, emitido en Francia y con idea de llegar a España, o con la serie Calorics, coproducida por TVE.