El cine de Darren Aronofsky es siempre polémico y Madre!, presentada ayer en la competición de Venecia, no es una excepción. Tantos abucheos como aplausos recibió la película, en la que brilla una Jennifer Lawrence que ha hecho el papel más difícil de su carrera. «Era un personaje completamente diferente a todos los que había hecho antes y me llevó a un lado completamente diferente de mí misma, que no conocía», reconoció la actriz en una rueda de prensa, acompañada por Aronofsky, Javier Bardem y Michelle Pfeiffer.

En los ensayos previos al rodaje, que duraron tres meses, el director la ayudó a contactar con ella misma de una forma desconocida. «Es lo más difícil que he tenido que sacar de mí misma nunca», agregó.

«La responsabilidad de un artista es con la obra, mi responsabilidad es siempre con el trabajo, con el personaje, con la película, luego lo que haga yo con mi vida es otra cosa», aseguró por su parte Javier Bardem. Si en la película los seguidores del escritor al que Bardem interpreta se vuelven locos por él en una suerte de fagocitación, el actor aseguró sonriendo y contestando en español a una pregunta en italiano: «A mí todavía no me han comido».

«Creo que es una suerte poder trabajar en este oficio, es una bendición poder vivir de ello y tener, como en este caso, el honor de pertenecer a una película con un talento extraordinario como el que acompaña a este mesa y los que no están», señaló el actor español. Lo demás, «es simplemente una consecuencia con la que vives, no es lo ni mucho menos lo importante, ni mucho menos el objetivo», reflexionó Bardem sobre esta película que es una alegoría del éxito, el amor, la desigualdad, la superpoblación o la explotación del planeta.