El piano de Joaquín Achúcarro, la danza de Igor Yebra y los sintetizadores de Gianluca Tavaroli, unidos al ADDA Sinfónica dirigida por Josep Vicent, se fundirán el próximo 19 de agosto en un espectáculo diferente y diverso: el Proms Sinfónico, un concierto que pone fin a la programación de verano del Auditorio de la Diputación de Alicante con una fiesta de la música, de carácter solidario, para la que apenas quedan unas cuantas entradas libres.

Si el pasado año el invitado a este acto fue Michael Nyhan y Aspirino la asociación destinataria de la recaudación, en esta ocasión es Unicef la que recibirá una parte de la taquilla y el periodista Pedro Piqueras será el encargado de presentar el acto.

«La noche será multidisciplinar y moderna y para el público será un concierto lúdico, lleno de luz y con muchas energías juntas», avanza el responsable artístico del ADDA, Josep Vicent, que dirigirá a la orquesta residente del auditorio en este espectáculo. Una fecha en el calendario que, sin ninguna duda, el director asegura que es «el concierto que más ilusión me hace de todo el año».

El concepto de este Paros ha sido tomado prestado de los conciertos que se desarrollan cada verano en Londres desde hace más de un siglo, los Promanada conectas o paseos musicales, en los que el público se paseaba por la sala mientras escuchaba música clásica a un precio bajo, aunque desde hace años se extendieron a los parques y los hay de todos los estilos y estéticas.

Aunque quizá el público no se pasee de pie por la sala sinfónica del ADDA el día 19, sí se trata de un concierto «pensado para llegar a todo el mundo» con un precio «simbólico, no, simbolizásemos» de 20 euros, y que cuenta con invitados especiales, que se unirán a los ensayos en el auditorio el próximo miércoles.

«Este es un acto de creación propia que se repite y se consolida cada verano y cuenta con los ingredientes que te hacen sentir útil como músico al combinar la función social con el espíritu lúdico el esfuerzo creativo», considera Josep Vicent, que ya planea cambios para el próximo año en el Paros sacando fuera del auditorio esta actividad.

«Mi sueño sería llevarlo el año que viene a la playa del Postiguet. En otras ciudades se hace en la playa y lo disfrutan miles de personas», asegura el director de orquesta.

La noche repasará la música de Ravel en el 80 aniversario de su fallecimiento como columna vertebral del concierto, así como la música de Leonard Bernstein y la energía visceral del ballet de Stravinsky.

El programa comienza con Candide Overture, un musical muy festivo de Bernstein, al que seguirá el Concerto en Sol Majeur para piano y orquesta de Maurice Ravel, con las manos protagonistas de Joaquín Achúcarro, «una auténtica estrella del piano de trayectoria indiscutible», apunta Josep Vicent sobre este intérprete nacido en Bilbao que en 1959 ganó el Concurso Internacional de Liverpool, un año después de que lo lograra Zubin Mehta como director, y adquirió fama internacional con la London Symphony. Desde entonces ha disfrutado de una carrera internacional por multitud de países y dedica gran parte de su tiempo a la enseñanza de la música clásica. Es Artista por la Paz de la Unesco y Premio Nacional de Música, entre otros reconocimientos.

La segunda parte del programa comenzará con el Pájaro de fuego de Igor Stravinsky y a continuación el bailarín Igor Yebra representará la coreografía creada con el Bolero de Ravel en exclusiva para este concierto. El coreógrafo, también bilbaíno, pertenece a la generación de jóvenes que estudiaron en la escuela de Víctor Ullate. Ganador del Premio de Danza al mejor bailarín del año en Italia, del segundo premio en el concurso Maya Plitsés-kaya o del Premio Leonidas Massine, entre otros, ha sido primer bailarín invitado del Ballet de la Ópera de Burdeos y de Roma. Desde 2006 dirige la Escuela de Danza y Coreografía Igor Yebra en Bilbao.

Tras la actuación, ambos recibirán el Premio ADDA Solidaria en forma de escultura de Quico Torres.

El toque más contemporáneo lo pondrá el DJ Gianluca Tavaroli, también contrabajista clásico y productor de música electrónica, que protagonizará la sesión after electrónica en el hall del auditorio, con las puertas abiertas para que el público también pueda escuchar sus ritmos desde la explanada del auditorio, hacia la medianoche. «Tavaroli es DJ pero conoce mucho la música clásica y ha creado una sesión inspirada en esa Geografía del ADDA, que unifica todo el universo sonoro que se ha escuchado durante el verano», indica Josep Vicent, que añade que la diversidad estilística es enriquecedora siempre. Cuando construyes puentes es fantástico y aquí los puentes están clarísimo».

El concierto cuenta con una Fila 0 para quien desee colaborar.