La estrella del country y el pop Glen Campbell falleció ayer a los 81 años tras una larga lucha contra el alzhéimer. Campbell, que vendió a lo largo de su vida más de 45 millones de discos, alcanzó la fama durante los años 60 y 70 no solo por sus exitosas canciones y sus apariciones en la televisión y el cine. Comenzó en el mundo de la música desde muy niño y como guitarrista admiró desde pequeño a Django Reinhardt. Se ganó fama como excelente músico de estudio y trabajó a las órdenes de estrellas como Elvis Presley, Dean Martin o Frank Sinatra. También sustituyó a Brian Wilson en una gira de los Beach Boys, pero Campbell trataba de desarrollar una carrera en solitario que despegaría triunfalmente en 1967 con sus exitosos singles Gentle On My Mind y By The Time I Get To Phoenix. La marca de la casa del artista, a lo largo de toda su carrera, fue una melancólica mezcla de country y pop en la que su voz suave y muy natural bordaba con facilidad los temas más románticos y nostálgicos. Posteriormente, siguió coleccionando triunfos gracias a canciones como Galveston, Southern Nights o Rhinestone Cow