Entre el bochorno y un cielo emborregado, con un tercio de entrada y buen ambiente, se lidió una corrida de la ganadería francesa de Los Galos desigual de presentación. El tercero fue aplaudido en el arrastre y el quinto muy serio.

Ángel Sánchez, nuevo en esta plaza y que además reaparecía después su cornada, saludó al flojo primero por verónicas y brindó al público. Intentó el toreo al natural sobre el tercio pero el animal no podía ni con su alma. Fue aplaudido tras una estocada caída. En su segundo pudo mostrar una mejor tauromaquia y cortó una oreja tras la estocada.

Carlos Ochoa, que también hizo el paseíllo desmonterado, de salida se mostró bullidor con el percal y trasteó de muleta en los medios tratando de ahormar la embestida de un novillo que tenía genio. Tras una estocada desprendida fue premiado con una oreja. Más importante fue la faena al quinto malogrando con la espada.

El alicantino Jorge Rico toreó en tercer lugar, por verónicas de manos bajas, despacito, cargando la suerte con hondura y rematando con una larga por debajo del pitón. Siendo como es antiguo alumno de la Escuela Taurina de Alicante, brindó a Rondeño y comenzó su faena en los medios basándose en la destreza. La res metía bien la cara pero salía distraído de la suerte y no mejoró esta condición por el izquierdo, pues además el pitón punteaba la franela. Con el novillo rajado y sin haberse manchado el vestido, Rico logró una espectacular estocada en la suerte de recibir. Oreja con leve petición de la segunda.

Derrochó entrega con el cerraba plaza consiguiendo un importante triunfo, desde los pases a pies juntos del comienzo hasta el espadazo que le valió su segunda oreja.