Los complejos equilibrios entre privacidad y derecho a la información y la dificultad de aplicar la sentencia del «derecho al olvido» se pusiero de manifiesto ayer en la primera reunión pública del consejo asesor de Google en esta materia. La tecnológica estadounidense ha conformado un grupo de trabajo de expertos independientes para determinar las directrices que ha de seguir para aplicar esa sentencia en Europa.

El Tribunal de Justicia de la UE reconocía en mayo que los ciudadanos tienen derecho a ser «olvidados» en Internet, es decir, que pueden reclamar a Google y otros buscadores que retiren de sus resultados de búsqueda los enlaces a informaciones que les perjudican y ya no son pertinentes. Son Google y las compañías responsables de otros buscadores los que han de evaluar si las peticiones se ajustan a los requerimientos de la sentencia europea.

El consejo asesor de Google visitó hoy Madrid para escuchar la opinión de diversos expertos españoles, a primera cita de un tour europeo que recorrerá Roma, París, Varsovia, Berlín, Londres y Bruselas.

La división de la balanza entre la protección de datos, la intimidad, el derecho al honor y el derecho a la información fue un tema recurrente en la reunión, en la que se juzgó la idoneidad de Google como actor que decide qué derecho prevalece en cada caso o cuándo una información deja de ser relevante o se convierte en obsoleta. «Necesitamos un equilibrio entre el derecho a la información y la privacidad», indicó el presidente ejecutivo de Google, Eric Schmidt. efe londres