Historiador de carrera, creador de éxitos televisivos como Isabel, Víctor Ros o El Ministerio del Tiempo, guionista y dramaturgo, a Javier Olivares (Madrid, 1958) le habría gustado parir la serie Historias para no dormir de Ibáñez Serrador y no se explica aún cómo no se han llevado a la ficción televisiva los Episodios nacionales de Galdós. A caballo entre las series originales y las adaptaciones para televisión, el guionista imparte en Ciudad de la Luz estos días su magisterio sobre este asunto en los Cursos de Verano de la Universidad de Alicante.

«Hay grandes retos en la ficción española. La gran serie pendiente de adaptación es los Episodios nacionales de Galdós. Benito Pérez Galdós es uno de los escritores que entiende mejor quiénes somos los españoles. A mí me encantaría hacer una serie con ello, sin duda, pero sería tan cara que no sé si alguien se atrevería a hacerla. Yo se lo pediré a los Reyes Magos», apunta Olivares, que considera «un juego bonito, un divertimento» adaptar para televisión tanto novelas como hechos históricos, «me relaja mucho más que crear series».

El showrunner (responsable y guionista principal en una serie) se siente igual de autor en ambos lados «porque la adaptación también es tuya, lleva tu sello», pero mantiene que en España «pesa más el concepto de idea original que la adaptación, que se da más en el cine. Aquí hay un predominio grande del guion original».

Para Olivares, la ficción televisiva española tiene un «filón» en las series históricas y de época: « Isabel fue un subidón y demostró que se podía hacer una serie que hablara de historia y que interesara al público. Carlos, Rey Emperador no tuvo el mismo eco de audiencia pero creo que hay que dejar pasar el tiempo y volverá a resurgir. En España hay mucha serie de época, que no histórica, que triunfa, como Cuéntame o Velvet», apunta.

El creador de la elogiada ficción El Ministerio del Tiempo -que se encuentra en un descanso de su tercera temporada, en la que ha participado Netflix-, explica que el éxito de la serie responde a que «se trata de una idea original innovadora que combina elementos históricos y fantásticos de ciencia ficción» y que está hecha «con mucha emoción». Escrita junto a su hermano Pablo Olivares (fallecido en 2014), «mi hermano estaba en una situación complicada y hablamos mucho en la serie de pérdidas, está hecha con mucho cariño, que se nos ha devuelto con creces», añade.

Los viajes en el tiempo del Ministerio mueven a cerca de 200 personas en cada capítulo, «hacemos rodaje de cine y el 70% de lo que se rueda se hace fuera del estudio. Es como una película, y a veces de terror», bromea el responsable de la serie, que, por el momento, desconoce si habrá cuarta entrega en TVE.

«Ahora mismo no se sabe nada -explica- y tenemos que tomar medidas porque tenemos un plató abierto y vacío. No tengo noticias pero seguro que habrá. Esto es un poco como lo que le pasó a la serie Dr. Who, que al cabo de unos años volvía, y no estaría mal que el Ministerio lo hiciera. Lo que sí hemos ganado es en producción con la entrada de Netflix», que puede distribuir las dos primeras temporadas a nivel internacional y la tercera, en cuanto la emita TVE.

A pesar de los retrasos de la serie, Olivares asegura que le gustaría rodar una cuarta temporada «con condiciones», que empezarían por que los capítulos tuvieran una duración no mayor de 50 minutos, y no 70 como hasta ahora, «que si le pones un poco más, es una película», para poder competir con la duración habitual de las series extranjeras.

Respecto a las comparaciones odiosas con la ficción norteamericana o británica, el guionista asegura que en nuestro país «estamos dando grandes pasos con buenas series -como Vis a vis, Sé quién eres, La casa de papel...- que se hacen con otros planteamientos más internacionales y abiertos», pero «falta que los capítulos duren 50 minutos, esa es mi batalla absoluta para poder venderlo fuera de España, y que el concepto de showrunner siga en pie, que la figura responsable de la serie sea alguien que la haya parido y se atienda al sello del creador».

En el futuro, el experto augura que «iremos hacia series mejores y más competitivas» en la producción nacional, en las que tendrán cabida todos los géneros, «aunque las policiacas y de época van a durar bastante tiempo aún porque se hacen muy bien» y con la posibilidad de introducir también en la parrilla «propuestas más cercanas al género fantástico».

Olivares defiende que las series se han ganado su puesto en el entretenimiento ciudadano como una forma de cultura: «Una serie no es menos cultura que una película o un libro. Hay buenas y malas, como en todo», concluye.