Eran las cuatro de la tarde del sábado en una Palma abarrotada de turistas y valientes que paseaban por un centro castigado por las altas temperaturas. En el epicentro del bullicio, concretamente en la plaza de Cort, tres coches de lujo se estacionaron enfrente del Ajuntament. De los vehículos bajaron de manera discreta la actriz Eva Longoria (Texas, 1975) y su familia que, después de visitar Marbella y Eivissa, se disponían a realizar un breve recorrido histórico por la capital mallorquina, horas antes de su participación en un acto benéfico en el Casino de Mallorca. La famosa actriz y empresaria norteamericana iba vestida con un veraniego vestido azul, que conjuntaba con un sombrero y unas gafas, que disimulaban su conocida imagen.

Las primeras miradas de los recién llegados se dirigieron a la imponente fachada de Cort y acto seguido no tardaron en sacar los móviles para inmortalizar el momento. Allí les esperaba su guía personal. Después de aclarar la historia y significado del edificio donde empezaban su ruta, la ex de Tony Parker -el jugador francés que milita en el San Antonio Spurs de la NBA- y los suyos se dirigieron al Carrer de l'Almudaina, donde pudieron descubrir los secretos de Can Oms, uno de los patios más visitados por los turistas. En ese momento la familia llegó a interesarse por la lengua propia de Balears. «¿Es la misma que se habla en Barcelona?», preguntaron al guía.

Prosiguiendo por las estrechas calles históricas de Ciutat, el grupo llegó hasta la plaza Santa Eulàlia, evitando pasar por la Catedral, donde se les mostró la emblemática iglesia que reina en la explanada. A partir de ahí, Longoria, junto a su actual marido, el multimillonario mexicano José Bastón y el hijo de este, se desviaron de la ruta establecida por el guía.

Tras refugiarse del sol a la sombra del centenario olivo de Cort, parte del grupo descendió por la calle de Sant Domingo hasta las galerías ubicadas en la vía de Can Verí. Ya en la Rambla, la americana de origen latino y sus familiares aprovecharon para iniciar una tarde de compras. Pasaron la tarde de tienda en tienda aprovechando los instantes que les brindaba un soleado día antes de acudir a la velada de la cual ella iba a ser la protagonista: un acto benéfico en el Casino de Palma.