Para los romanos el foro era el locus celeberrimus, el lugar más concurrido, donde se celebraban espectáculos y los gladiadores luchaban si no había anfiteatro en la ciudad. El foro de Lucentum volverá a tener vida y recuperar el espíritu original que adquirió durante el primer siglo de nuestra era y lo hará gracias a los más de 400.000 euros que la Diputación va a destinar a la reconstrucción Diputación reconstrucción parcial de este espacio.

El anteproyecto ya está listo, aunque queda mucho por hacer antes de que pueda disfrutarse, ya que el espacio será visitable pero también se dedicará a albergar actuaciones, con un aforo para unas 400 personas. Los trabajos, que vuelven a unir al tándem formado por los arqueólogos del MARQ y el arquitecto de la Diputación Rafael Pérez, ya se ha puesto en marcha.

«El foro ocupa unos 3.500 metros cuadrados y lo conocemos perfectamente, sabemos cómo era, sus construcciones, cómo era el templo, que estaba dedicado a Augusto divinizado y que se hizo en época de Tiberio, entre los años 15 y 25», asegura Manuel Olcina, director técnico del MARQ.

Ese templo, del que hoy apenas se ha conservado el suelo, que al ser de mármol se encuentra cubierto para evitar su deterioro, es la parte en la que más se trabajará en este proceso que más que una reconstrucción es una «consolidación y musealización», de tal manera que el visitante «va a reconocer un templo romano pero sin que se reconstruya del todo, siguiendo el espíritu de todos los trabajos que hemos hecho en el yacimiento».

Y es que, asegura, «nosotros estamos en contra de la reconstrucción total, hay que implementar los elementos que existían pero sin desvirtuar los restos originales, dar la idea de lo que era». El reto, afirma, «es hacer algo para que se entienda y sea bonito y elegante sin ser un mazacote... y Rafael Pérez lo ha conseguido».

Además, se trata de un edificio «muy raro para la época, con las columnas muy pegadas a la fachada, con una explanada delante elevada que no es normal».

Los mármoles del suelo del templo son importados, procedentes de países mediterráneos. «Los mármoles indican mucho lujo, denotan que el edificio era importante», afirma Olcina. De hecho, ya hay un proyecto de restauración de esas piezas.

Desde que las excavaciones comenzaron en el foro en 2005, «hemos estado pensando en que había que intervenir para consolidar esta zona, con los mismos criterios con los que hemos trabajado siempre». Para Rafael Pérez, «es una pieza clave de la ciudad romana» y faltaba actuar sobre el área religiosa.

Los datos obtenidos en los trabajos realizados apuntan a que la planta del templo tendría unos 30 metros cuadrados y la altura del podium sería de un metro y medio. «Las basas de las columnas que encontramos nos dan la medida, ya que se usaba el diámetro de la basa como módulo y como rondan los 60 centímetros, según los módulos que se utilizan para construir, nos sale un templo con cuatro columnas en el frente, de unos 6 metros de altura, con desarrollo vertical, es decir más alto que ancho, con unas escalinatas delanteras y una plataforma exterior de unos 80 metros cuadrados, que es donde se harán las actuaciones».

En base a todo esto, el arquitecto propone una reconstrucción de la plataforma del podium y de las paredes de los muros que delimitan el interior del templo, «pero no en toda su altura, sería hasta la altura de la vista de una persona más o menos». Además, para proteger el mármol del suelo, se colocará una cubierta a dos aguas «que se elevará a la altura real, pero con un sistema de sujeción ligero sin que afecte a las partes antiguas pero que dé idea de la configuración de las paredes del templo».

El proyecto, una vez finalizado, tendrá que pasar por el filtro de la Conselleria de Cultura que es la institución que debe dar el permiso para realizar esta intervención al tratarse de un BIC. Después la ejecución del proyecto se prolongará durante seis meses.