Los sanfermines de 2017 comenzaron ayer con el chupinazo desde el balcón del Ayuntamiento, en el que se colocó este año una ikurriña junto a las banderas oficiales, acto que ¡ ha sido recurrido por la delegación del Gobierno en Navarra. El chupinazo, que lanzaron por decisión popular dos voluntarias de la ONG de ayuda en carretera DYA, Paula Remírez y María Calado, llenó la plaza Consistorial pero sin llegar a los niveles de años anteriores. La plaza fue desalojada a las nueve de la mañana por las fuerzas de seguridad para establecer los controles de acceso a la misma, en los que los agentes revisado mochilas y bolsas de los asistentes. En los nueve días ininterrumpidos de fiesta que vivirá Pamplona, las fuerzas de seguridad desplegarán una operativo especial en el que participan más de 3.500 agentes de todos los cuerpos policiales y la Guardia Civil. El dispositivo sanitario del encierro es otra parte fundamental de los sanfermines, que este año contarán con diez puestos médicos (atendidos por 70 profesionales) repartidos en los 850 metros del recorrido, además de cinco sanitarios de apoyo y 16 ambulancias.