No hay duda de que Lola, la «faraona» y matriarca de los Flores, dejó todo atado antes de irse del mundo terrenal hace 22 años. Repartió entre todos sus hijos y nietos sus genes de artista e inmortalizó un apellido que «a veces pesa más a la gente que a uno mismo», cuenta Lolita, la mayor del clan.

«Si me preguntas por mi familia voy a emocionarme. No sé, pienso que están orgullosos de las dos hijas que les queda en esta tierra, porque el otro lo tienen con ellos», afirmó la cantante, actriz y presentadora en una charla en Buenos Aires en el inicio de su gira por el Cono Sur con La plaza del diamante, su última obra teatral.

Nacida en Madrid en 1958, a la hija mayor de la inmortal artista española y del inolvidable cantante y guitarrista Antonio González, «El Pescaílla», fallecido en 1999, se le sigue nublando la vista cuando de hablar de ellos y de su hermano Antonio se trata.

«A mí no me pesa el apellido. Estoy muy orgullosa de llamarme González Flores. Aunque el González es más largo y por eso artísticamente nos lo quitamos los tres. Pero sigue ahí a la hora de firmar», aseguró la también hermana de Rosario, el otro eslabón del popular clan.

«Quizá porque vienes de una familia de todos artistas y el Flores a veces le pesa más a la gente que a uno mismo», remarcó.

Junto al teatro, entre los proyectos de Lolita está estrenar un cortometraje en el que hará de carnicera «psicópata».