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Una oreja para cada uno

El alicantino Manuel Manzanares logra los mejores momentos de la tarde montando a Príncipe, Búcaro y Tomatito en una faena importante que puso la guinda a los festejos

Una oreja para cada uno

Corrida de rejones para la última de feria con cartel de caballeros alicantinos y toros gaditanos en tarde templada y con rachas de viento. Más de tres cuartos de entrada y buen ambiente en los tendidos aunque en la calle ya no quedase ni las cenizas de los monumentos fogueriles.

Andy Cartagena llegó a este compromiso con buen rodaje en la temporada, celebrando sus primeros 20 años de alternativa y con el recuerdo de su triunfo en Hogueras 2016, y toreó templado a su primero que embestía con fijeza, clavando un rejón de castigo a la grupa y en banderillas realizó una exhibición de doma ante un toro tan noble como flojo. Prosiguió la faena con tres cortas al violín y otro para a dos manos, haciendo el desplante del teléfono. Tras clavar un rejón de muerte trasero fue premiado con una oreja. Con su segundo tuvo menos opciones y hubo de tirar del repertorio pero mató mal y fue ovacionado.

Manuel Manzanares, que lleva una discreta temporada, recibió la cariñosa ovación de sus paisanos antes de comenzar su actuación con Seguidor, que salió al ruedo con muchos pies aunque suelto en la embestida. Montado sobre Príncipe clavó algunos pares al estribo, con pureza. A lomos de Búcaro continuó en buena tónica clavando dos cortas y cumpliendo escrupulosamente con lo marcado en el reglamento. Aunque no pudo evitar algún toque en la cabalgadura su actuación resultó importante y bien rubricada con los aceros matando bien, a la primera y sin puntilla. Cortó una oreja de peso. Con el quinto la faena fue menos lucida, matando al segundo intento y siendo ovacionado.

Ginés Cartagena hizo su presentación en Alicante con única actuación en su agenda y brindó al cielo desde los medios para irse a la misma puerta de toriles a recibir a Viajero, provocando la emoción del público y paliando sus carencias a base de carisma. Destacó el momento central de la faena, el violín, un par a dos manos muy sentido y algunos guiños de recuerdo a su padre. El eficaz rejón de muerte le valió su primera oreja en Alicante. Ante el sexto no anduvo fino y mató francamente mal por lo que hubo de escuchar algunas protestas por parte del público que llegó a impacientarse.

Durante la faena a este toro, un auxiliador de la cuadrilla de Cartagena fue atropellado simultáneamente por el caballo y por el toro, sufriendo una fuerte paliza sin mayores consecuencias.

Los toros de Fermín Bohórquez, puro encaste Murube-Urquijo, correctos de presentación y discretos de comportamiento.

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