Llamada a ser una de las tecnologías que señalen el futuro en el mundo de los vídeojuegos, la realidad virtual avanza con paso lento mientras asoman ciertas dudas en la industria sobre su implantación. Tras la E3, la feria de vídeojuegos más importante del mundo, que se celebró esta semana en Los Ángeles, el balance para la realidad virtual es descafeinado: mientras algunas compañías apuestan por seguir dando pasos en esa dirección, otras la obvian en sus lanzamientos o no la sitúan entre sus prioridades más urgentes. No se puede decir que la realidad virtual no siga despertando la fascinación de consumidores y profesionales, pero tras los anuncios persiste la inquietud acerca de cuándo pasará de ser una curiosidad a una función de las consolas.