El VIII Pregón Taurino de la Feria de Hogueras resultó a la postre un éxito tanto de convocatoria, con más de quinientos asistentes que llenaron las sillas habilitadas en el ruedo del coso taurino y parte los tendidos de sombra, como de contenido, pues la alocución llevada a cabo por Enrique Ponce fue seguida con ovaciones constantes por parte de los asistentes.

Y todo a pesar de que en el intermedio del concierto de pasodobles en el que se enmarcaba el discurso del diestro valenciano, y justo después de que Vicente Sol, de la Peña Pacorro, presentara al diestro de Chiva, una decena de activistas antitaurinos se levantaron de sus asientos mostrando una pancarta donde se mostraba el lema «Hogueras sin sangre», con el consiguiente enfado del resto del público, que trató de expulsarlos de inmediato. Entre forcejeos, alguna caída, empujones e insultos acabaron siendo desalojados entre miembros de la policía y algunos asistentes.

Hasta ese momento se había desarrollado con total normalidad la interpretación de los pasodobles por parte de la Agrupación Musical S.C.D Carolinas, presentados por José María Jericó, en un evento que contó con la asistencia de varios representates públicos, como la concejala responsable de la plaza de toros, Gloria Vara; el vicepresidente de la Diputación de Alicante, Carlos Castillo, y el sSubdelegado del Gobierno, José Miguel Saval Pérez. También destacó la presencia del decano de los toreros alicantinos, Francisco Antón Pacorro, en cuyo homenaje se interpretó el primero de los pasodobles, Ese Pacorro. El empresario Nacho Lloret, el presidente del Club Taurino de Murcia, Alfonso Avilés, y miembros de otras asociaciones taurinas de la provincia también asistieron al acto.

Con el pregón de Enrique Ponce, que hacía el octavo, el torero valenciano llevó a cabo una reivindicación tanto de la tauromaquia como parte de la historia y de la cultura mediterráneas en general, como del patrimonio de los alicantinos en particular, pasando por nombres señeros como Templaíto, primer matador alicantino, El Tino y Pacorro, Luis Francisco Esplá, el actual Manzanares y, sobre todo, el desaparecido José María Manzanares, a quien dedicó algunos versos de la famosa Elegía a Ramón Sijé, del poeta oriolano Miguel Hernández. Además, sus palabras sirvieron de llamamiento a los aficionados para que valoren los principios morales, sociales y éticos frente a «esta sociedad de doble moral que llora a un animal pero muestra sin pudor imágenes de violencia en los telediarios». Reivindicó las redes sociales como medio para integrar la tauromaquia en los nuevos tiempos y enseñarla al mundo, porque «nos podrán robar el dinero, pero nunca el honor», afirmó finalmente, aludiendo al montante económico que aporta la fiesta a las arcas públicas sin recibir apenas ayudas, como sí ocurre con otros sectores.

Las palabras del diestro Enrique Ponce fueron constantemente ovacionadas por el público, y tras ellas se cerró el acto con la segunda parte del concierto, con pasodobles como P epita Greus, Ópera flamenca, Sentimiento taurino, Club Taurino, Manolete, Peña Pacorro, Amigos de Nimes o el dedicado a Jericó.