El proyecto LIGO, que ha permitido la detección directa de las ondulaciones del espacio-tiempo anticipadas hace un siglo por Einstein con su Teoría General de la Relatividad, obtuvo ayer el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica por haber dado respuesta a «uno de los desafíos más importantes de la física en toda su historia».

Tres de los impulsores de este «reto tecnológico de primera magnitud», los físicos estadounidenses Rainer Weiss, Kip Thorne y Barry Barish también han sido reconocidos con este galardón fallado en Oviedo, el séptimo de los ocho que anualmente concede la Fundación Princesa de Asturias.

El acta del jurado incide en que con esta distinción se reconoce tanto el talante individual como colectivo de un proyecto investigador en el que trabajan más de un millar de investigadores de un centenar de instituciones e investigaciones de 18 países y que ha permitido «observar colisiones de agujeros negros muy masivos que ocurrieron hace más de mil millones de años».