El balón hinchable de Nivea que las avionetas lanzaban desde el aire es uno de los recuerdos más significativos de los años 70 y 80 en las playas alicantinas: «Era una imagen impagable cuando se acercaba la avioneta y la multitud enloquecía para coger la pelota», indica Arsenal. Otros objetos básicos eran las neveras portátiles, que apenas han cambiado; las gaseosa de marcas como La Revoltosa, La Pitiusa o La Casera, que luego se reutilizaban; las cámaras de fotos Kodak y los tomavistas con los que «no se grababa, se filmaba»; así como los coches en los que se realizaban interminables viajes hasta la playa con atascos en carreteras «algunas de ellas con grava, que si venías en moto te temblaban los huesos, y era fácil ver en sidecar a una mujer con un niño en brazos».