Javier Lorenzo no exponía en Alcoy desde 1992, ciudad a la que regresa, veinticinco años después, con una de sus mayores muestras que se verá en la Llotja de Sant Jordi, con 48 de sus obras pintadas entre los años 2002 y 2017. La inauguración es esta tarde, a las 20 horas, y se podrá contemplar hasta eñl 30 de julio.

«Es una sala bastante chula, inmensa, y me ha salido casi una antológica, con una revisión de estos últimos quince años», señala Javier Lorenzo (Alicante, 1950), que ofreció la última exposición en Alicante en el MUA en 2011, y que ha debido pedir prestados algunos cuadros a los personajes que suele pintar, para completar la exposición de Alcoy.

En la muestra de Alcoy el público podrá reconocer sus característicos personajes de espaldas, en movimiento o en silencio, pero también sus bodegones más recientes de objetos inanimados, piscinas o paisajes ásperos de secano de la tierra que le rodea cuando sale a caminar. Entre los personajes, cada vez más niños, «porque a mis amigos ya los he pintado y están teniendo muchos nietos», bromea.

«De la mano de Javier Lorenzo nacen retratos íntimos y personales, de rico colorido», señala la crítica de arte Pilar Tébar, que escribe sobre el pintor en el catálogo de la exposición, y que añade que a través del posado de sus personajes, Lorenzo « juega a introducir al espectador dentro de la obra porque tiene el mismo campo de visión» y le hace partícipe «del paisaje y de las actividades que realizan sus personajes».

Para la crítica de arte, la pintura Lorenzo transmite «oficio, técnica depurada y expresión profunda e íntima de sentimientos y emociones». Una ocasión para disfrutar del universo de un pintor para quien cada obra es un reto y en la que siempre busca el más allá.