Con más de 900 artículos científicos publicados en prestigiosas revistas internacionales y numerosos premios, entre los que destacan el Príncipe de Asturias en 2014 y el Spiers Memorial 2016 de la Royal Society of Chemistry del Reino Unido, es el fundador del Instituto de Tecnología Química de Valencia (ITQ), un centro de referencia mundial en el estudio de los procesos catalíticos surgido de la nada como un modelo de spin off para unir la investigación fundamental y sus «crazy ideas» (ideas locas) a la fábrica a través de la iniciativa empresarial, con la particularidad de que renuncia en favor del propio instituto a la parte del beneficio que corresponde a su equipo por las patentes logradas. Más que el dinero, Corma, que podría ser muy rico, busca otro tipo de compensaciones. «La verdad es que paso poco tiempo con la familia y con los amigos», reconoce para matizar seguidamente que trata de reparar sus ausencias metiéndose a tope los fines de semana en la cocina, donde prepara sabrosísimos arroces y guisos de pescado. «El otro día hice un arroz con raya y me salió muy bueno», revela orgulloso este científico que ni en su asueto baja la guardia en su decidido empeño por combatir el cambio climático provocado por el hombre. Uno de sus sueños es la apuesta por las refinerías solares. «Las nanopartículas portarán un fármaco para destruir el cáncer», vaticina optimista en esta entrevista con Epipress tras moderar un debate sobre Robótica e Inteligencia Artificial en la Fundación Ramón Areces de Madrid.

P rofesor Corma, hábleme por favor de sus aportaciones a la llamada química verde. ¿Para qué sirve?

Nuestra aportación fundamental en esta química verde que elimina el uso o producción de sustancias peligrosas se basa en el desarrollo de catalizadores para utilizar mejor las materias primas y generar la mínima cantidad de residuos. Se trata de una apuesta por la sostenibilidad.

¿Por qué avanza tan lentamente la sustitución de los combustibles fósiles, especialmente del petróleo?

Todo es cuestión de mejorar la tecnología y depende de la disposición de los ciudadanos a pagar un poco más por tener una energía más limpia.

¿Ve usted esa voluntad política y esa predisposición en los ciudadanos?

Sí. La sociedad va hacia una sostenibilidad mayor para disminuir las emisiones de CO2.

¿Cómo va el proyecto que ustedes firmaron con la petrolera estatal de Arabia Saudí para mejorar el refinamiento del petróleo?

Ese es uno de ellos. Tenemos otros proyectos con otras compañías y no solamente en petróleo. Hacemos desarrollos en productos químicos, conversión de biomasa, que sería una de las renovables, y tenemos también un proyecto de transformación de energía solar. El proyecto de Arabia Saudí va bien y de él ya han salido siete patentes.

¿Somos responsables de que se esté produciendo una subida de la temperatura en nuestro planeta que puede acabar con nosotros?

Sin duda alguna. Independientemente de que existen procesos naturales que provocan el calentamiento, el aumento de la temperatura es también responsabilidad nuestra.

¿Está en la química la solución para frenar el cambio climático?

Está en la ciencia y en la tecnología y la química es una de las disciplinas que puede colaborar en los avances más importantes que reclama la sociedad.

¿Hasta dónde la energía solar resolverá nuestras necesidades?

Por lo menos a corto y medio plazo, la energía que utilizaremos será una combinación de distintas fuentes. Tendremos hidrocarburos fósiles y fuentes renovables: la eólica, la solar o la derivada de la biomasa. Lo que tenemos que hacer es que el porcentaje de las renovables sea cada vez mayor.

¿Por dónde van sus líneas de investigación solar?

Estamos desarrollando fotocatalizadores para romper la molécula de H2O en hidrógeno y oxígeno utilizando la luz solar como fuente de energía. El H2 (hidrógeno) formado sería un vector energético que produciría energía al quemarse con O2 (oxígeno). En este caso la reacción daría como producto el agua. Con el H2 formado por rotura del agua y una fuente renovable de carbono se podrían obtener productos químicos, utilizando catalizadores.

¿Cómo están las investigaciones para poder almacenar la energía eólica y solar?

A partir de la energía eólica y solar se produce energía eléctrica. El problema está en cómo almacenar la energía eléctrica para utilizarla cuando no hay viento o sol. Una manera de paliar el problema sería conectando la redes eléctricas, pues por ejemplo, cuando en China es de día, en España es de noche y viceversa. Siempre podríamos utilizar la luz solar para producir energía que sería utilizada (por estar conectados) en lugares en los que no hubiese luz solar y por tanto producir energía eléctrica de origen solar.

¿Hay más formas de almacenar la energía eléctrica?

La otra manera de almacenar energía eléctrica que tenemos ahora son las pilas. Finalmente, podríamos aprovechar la electricidad producida por renovables para conseguir H2 y con él, fabricar productos químicos.

Dígame para qué hay que romper el agua.

Queremos romper el agua para producir H2. Éste lo utilizaremos como vector energético y para reaccionar con el CO2 emitido en centrales térmicas que utilizan hidrocarburos fósiles, con el fin de obtener, por ejemplo metanol. El metanol se puede almacenar, transportar fácilmente y utilizar como combustible, para obtener H2 o para producir productos químicos.

¿Qué papel energético espera de la generación de hidrógeno?

Combinando el H2 con oxígeno se forma agua y se libera una cantidad de energía elevada. Es decir, en lugar de quemar hidrocarburos para producir energía, quemaríamos hidrógeno producido a partir de agua mediante energías renovables.

¿Qué debe hacer España, rica en sol y viento, para reducir su dependencia energética?

Tenemos en efecto sol y viento y tendremos que invertir más en investigación en el campo de la energía solar. Deberíamos de apostar por las refinerías solares. Hay que avanzar en el desarrollo de células fotovoltáicas y en estos momentos con las de perovskitas se están consiguiendo avances importantes para la conversión de energía solar en energía eléctrica.

Por lo que leído del Instituto de Tecnología Química, parece un paraíso de la investigación.

Estamos muy contentos con nuestro sistema de funcionamiento que se basa en la caja única a la que cada uno aporta lo que puede a un fondo común con el que se planifica una investigación conjunta. Este sistema nos permite atacar líneas de investigación autofinanciadas por nuestro propio instituto.

Ustedes hacen investigación fundamental e investigación aplicada en ámbitos multidisciplinares. ¿Cuál es la aventura más apasionante que tienen ahora entre manos y de la que esperan grandes logros para la sociedad?

Sintetizamos tamices moleculares con los que estamos consiguiendo resultados espectaculares en la separación de moléculas muy parecidas en tamaño y forma. Conseguimos también catalizadores muy selectivos para procesos químicos en la obtención de precursores de polímeros, productos petroquímicos y combustibles más eficientes.

Otro tema de enorme interés en el que usted también está implicado. ¿Cómo se puede combatir el cáncer con nanomateriales y nanopartículas capaces de destruir las células tumorales?

Utilizando esas nanopartículas para que viajen a través de los vasos sanguíneos y capilares sin ser eliminadas por las defensas del organismo. Esas nanopartículas están dotadas en su superficie externa de determinadas moléculas que permiten redirigirlas hacia las células malignas. La idea es que cuando lleguen a estas células puedan liberar un fármaco.

¿Cuántas patentes han conseguido ya en colaboración con el sector privado?

Unas ochenta.

O sea que usted será un científico muy rico por los ingresos que le aportan esas patentes.

No. El Instituto de Tecnología Química tiene el beneficio de las patentes ya que los investigadores tenemos un acuerdo voluntario por el que donamos al propio instituto todo lo que nos corresponde.

¿Qué me dice del potencial de los jóvenes investigadores españoles y de los obstáculos que encuentran en la propia universidad, más volcada en apoyar a los protegidos que a abrirse a los mejores?

Eso cada vez ocurre menos. Hay que seleccionar siempre sobre la base de méritos. Si no se hace de esta manera, no seremos competitivos

¿Hemos avanzado algo desde que Negrín le prometió a Severo Ochoa durante la II República una cátedra en España y luego el tribunal de la oposición del que formaba parte el propio Negrín votó por unanimidad a otro candidato cuyo nombre no recuerdo?

Tampoco yo recuerdo el nombre de aquel candidato. Creo que hemos avanzado porque cada vez son más los investigadores comprometidos conque esa elección sea siempre sobre la base de méritos científicos. Se ha producido un cambio conceptual y nos hemos dado cuenta de que si queremos ser competitivos necesitamos a los mejores. El problema ahora es que hay bastantes más candidatos con excelentes currículos que puestos de trabajo ofertados por la industria y por los centros públicos de investigación en España.