Mayo ha florecido en Córdoba y el Coso de los Califas se engalanó con una terna de lujo en esta primera corrida de toros de la feria, segundo festejo del abono, para Morante de la Puebla, José María Manzanares y completando la terna un Roca Rey que llegaba de Madrid vencido por Talavante, un gallo que la afición se empeña en echarle para que pelee con él.

Bajo un calor sofocante y con más de media entrada en el colosal recinto, hicieron el paseíllo a los sones del pasodoble Manolete en este año que se cumple el centenario de su nacimiento. Córdoba siempre es Manolete, pero más esta temporada con el rostro del monstruo en la cartelería y hasta en el anverso de las entradas a la plaza cordobesa.

Manzanares compareció vestido de burdeos y oro para saludar a la verónica a su primero. El toro mostró su poca fuerza y además fue picado muy mal. Tras dos buenos pares de Rafael Rosa, el diestro de Alicante comenzó el trasteo sobre la mano derecha, marcando bien las pausas y ciñéndose en la tercera serie. Probó al natural pero por ese pitón el toro no se desplazaba lo más mínimo. Finalizó esta faena con una estocada en la suerte natural y fue aplaudido.

El tópico de que no hay quinto malo es sólo eso, porque este quinto fue el peor de la tarde. Salió sin fijeza y acusando la querencia por lo que Manzanares no pudo torearlo de capa. Además fue picado mal y resultó soso el tercio de banderillas, con un público que ya andaba aburrido en este punto del festejo. En este escenario inició el alicantino la faena, quedándose el toro muy corto por el pitón derecho. Con la zurda lo toreó con hondura y despaciosidad, pero el animal era un marmolillo. Alternó series con ambas manos y se puede decir que lo intentó todo. No estuvo bien con la espada y volvió a ser aplaudido.

Morante apuntó detalles en el primero y saludó tras una media estocada al segundo intento. Con el segundo de su lote se ganó una bronca monumental tras estar francamente mal con la espada.

Roca Rey estuvo vistoso y variado con el tercero de la tarde, pero falló con los aceros. Ante el sexto conectó bien con el público y fue premiado con una oreja pese a que estuvo muy mal con la espada.

Los toros de Zalduendo correctos de presentación pero mansos y sin fuerzas. El segundo y el quinto, justamente los de Manzanares, fueron pitados en el arrastre.