Desde la llegada del nuevo presidente de los Estados Unidos con Donald Trump al poder, algo ha cambiado. Sobre todo cuando el arte y la cultura en general no han cesado de movilizarse como protesta. Punto de encuentro al que se suma el artista alicantino Isidro Blasco, referente internacional, que en su nueva exposición en Sídney ha elaborado un conjunto de obras donde aflora la crítica hacia el nepotismo de Trump.

Para ello, Blasco ha trabajado unos collages de casas que están medio sumergidas en el río Hudson, que rodea la isla de Manhattan, en unas imágenes donde estas propiedades se precipitan río abajo arrastradas por la corriente. Son, en otras palabras, una simbología total a lo que está ocurriendo en Estados Unidos en la actualidad.

«Yo nunca me he sentido inclinado a hacer comentarios de ningún tipo en mi trabajo, siempre me he centrado en temas de percepción, forma, espacio, etc? Pero ahora ya no puedes escapar a esto, porque lo que está pasando es muy grave y las consecuencias van a ser muy dramáticas y de larga duración. Sobre todo en lo referente al daño que estamos haciendo al entorno. Podemos hacerlo mejor y evitar una catástrofe, tenemos los medios, pero la inercia y la poca conciencia moral de la industria nos va a perder», indica Blasco, especialmente conmovido por las nuevas políticas y medidas radicales de Trump.

Para el alicantino, esta es la cuarta exposición en Australia. Y concretamente ahora lo hace en la galería Dominik Mersch de Sídney, una de las más prestigiosas y de referencia (aunque eso no quiere decir, ni mucho menos, que las ventas estén garantizadas). «El director de la galería, Dominik, es un alemán transplantado a Sídney. Él estudió y ejerció como ingeniero en Alemania, siendo su tesis doctoral sobre el mecanismo de piernas artificiales. Pero un día, después de la devastadora muerte de su padre, decidió dejarlo todo atrás y mudarse a Sídney donde abrió esta galería de arte que lleva funcionando ya 10 años. Hace las exposiciones más internacionales que se pueden ver, aunque esto no siempre es fácil ni en ventas ni en recepción. A Dominik le gusta el rock climbing, coches fardones y chicas guapas, yo creo que es feliz», indica con ironía.

En este sentido, aunque a Isidro Blasco se le resiste Alicante, y la idea siempre de poder llevar a cabo un suculento montaje en su ciudad, de momento este proyecto se ha pospuesto. De cualquier modo, por otro lado, está trabajando junto al destacado crítico José Piqueras para llevar parte de la muestra que hay en el Museo de la Universidad de Alicante (MUA) sobre su padre, el histórico ceramista Arcadi Blasco, a la sala de exposiciones de Belén Moneo en Madrid. «Esta sala se llama Space 2B. Esto será en junio y hasta septiembre. Es una exposición organizada por el increíble José Piqueras, que ha hecho un trabajo impresionante. Por ello hay que moverla y que se vea lo más posible», apunta.

Así pues, al tiempo que cierra esta nueva exposición en Sídney, Isidro Blasco continúa con nuevos proyectos: por ello, prepara una obra enorme con imágenes de Abraham Lincoln para el restaurante Sequoia de Washington DC que se inaugura en junio; también está realizando una instalación de madera gigante y accesible para el público para el museo histórico de Chesterwood, en Massachusetts; y, además, una muestra individual en la galería John Davis de Hudson, New York, que se inaugura a finales de mayo.

La única pena es que, por sus constantes viajes, ha tenido que renunciar al programa de estudiantes donde se han beneficiado, por cierto, numerosos alicantinos que han tenido la oportunidad de trabajar en el taller con Isidro Blasco. «Fue muy bonito mientras duró y espero que a alguno de ellas/as le haya servido y motivado para su trabajo. A mí desde luego me enriqueció enormemente», concluye.