Si alguien piensa que El color del silencio es otra novela sobre la Guerra Civil, ¿qué le diría?

No es una novela sobre la Guerra Civil, es más lo que sucedió después. Y se habla del nivel privado de lo que sucede en una familia de derechas, franquista, pero que se va rompiendo, y del nivel general, lo que le está pasando al país que es algo paralelo. Eso sucede porque hay ciertas cosas de las que no se habla. Todos esos secretos que se mantienen ocultos, antes o después empiezan a hacer mucho daño.

¿Aún hay mucho que airear?

Mucho, mucho. Y no solo a nivel de país, también en las familias, las parejas... Hay falta de ganas de recuperar la memoria y limpiar el pasado.

¿Por qué este tema?

Por varias cosas. Siempre me ha interesado la historia y un libro de Ángel Viñas que habla de los días previos al golpe de Franco. Ese libro contaba un tema muy interesante que yo utilizo, pero que no quiero contar para no quitar emoción, y también quería una protagonista mujer fuerte, distinta, que buscara respuestas a los traumas de su pasado. Es un personaje poco habitual porque cuando una mujer pasa de los 50 ya no sale en ninguna parte. Mi protagonista tiene 68 años y es un pedazo de mujer, activa con ganas de comerse el mundo. Y es que las mujeres de esa edad son así. No se por qué hay que esconderlas.

Se habla mucho de que la Guerra Civil es un tema manido, pero quizá sabemos menos de lo que creemos.

Lo que nos pasa en España es que hemos hecho mucho la política esa de cerrar los ojos y dejar los esqueletos en los armarios. Pero luego resulta que nos faltan muchas cosas por aclarar. Hay que repasar para ver qué hicimos mal y qué podíamos haber hecho mejor. Deberíamos pedir perdón a las generaciones jóvenes por no hacerlo. Pero esta novela es muy amena y con sentido del humor.

Dice Julia Navarro que es una novela «que lo tiene todo para ser el libro del año» y Luis Sepúlveda que es una novela «inolvidable, tan bella como adictiva».

Hace mucha ilusión que dos colegas tan apreciados digan eso sobre mi novela y espero que tengan razón. Yo he disfrutado mucho escribiéndola y mi ilusión es que los lectores también.

Sitúa la trama en tres momentos históricos distintos. ¿Por qué este recurso literario?

Pues porque me gustan mucho las reflexiones sobre el tiempo, esa sensación de que el tiempo pasa y de que uno se pasa la vida imaginando el futuro en vez de poner las ganas en el presente. Y cuando cuento una historia me gusta mucho enseñar a los personajes cómo eran, cómo son y cómo llegarán a ser.

En esta novela se acerca al misterio, al género negro y a la novela histórica. ¿Dónde queda la ciencia ficción de su trilogía Anima Mundi ?

Yo es que tengo dos líneas básicas. Escribo cada vez que me apetece y no me pregunto de qué género es. Tengo una línea de ciencia ficción y fantástica, pero también otra de realismo clásico. Pero todas son novelas de personajes y siempre hay amor porque me parece crucial en la vida. Y también siempre hay un muerto.

¿No le tientan con llevar sus historias a la televisión?

Pues estaría muy bien. En Alemania hicieron un largometraje con una novela corta mía, Mil euros por tu vida, y ganó varios premios. También se han hecho dos cortos con dos historias. Pero me encantaría que hicieran una serie.

Después de que sus novelas se hayan traducido a 18 idiomas, con más de 500.000 ejemplares vendidos en el extranjero y con cerca de un millón de lectores... ¿A qué aspira Elia Barceló?

Aspiro, sobre todo, a dar a mis lectores el placer que yo saco cuando escribo. Quiero que mis lectores disfruten conmigo, que se vengan conmigo de viaje y me acompañen. Yo escribo para lectores inteligentes que se lo pasan bien teniendo que colaborar un poco. Y puestos a aspirar me gustaría conseguir más lectores en mi país porque tengo más lectores fuera. También es verdad que me fui hace 36 años..

Usted vive en Austria. ¿Cuál es la diferencia entre la valoración de la cultura en ese país y en España?

Hombre, allí tradicionalmente la gente orienta su tiempo libre a cosas que se consideran más culturales y más serias que en España. Allí casi todo el mundo toca un instrumento y toma clases, aprende una lengua extranjera por gusto o va mucho a conferencias. Con las novelas se hacen lecturas en las librerías conde la gente paga. Ese tipo de cosas se pueden hacer en España, pero nos gusta tanto estar fuera...