Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Puntadas con hilo

Una vuelta de tuerca

El diseñador Balbino Martínez fusiona la alta costura con la indumentaria regional

Una vuelta de tuerca

«¡Madre mía lo que pesa!», dice Ana Belén Castelló, Bellesa del Foc. La miro a través del espejo y sonríe. «¿Tanto?», le pregunto. «Bueno, estoy acostumbrada. ¡Es como una falda de alicantina!», asegura convencida. Su más que modisto, como ella misma le describe, casi se lleva las manos a la cabeza mientras concentrado revisa cada bordado. Y razones tiene. El traje de alicantina pesa unos 10 kilos, el exclusivo diseño de alta costura de Balbino Martínez más de 30. Y es que la Belleza, fan número uno de Star Wars, es como la princesa Leia, una valiente, una heroína de otra galaxia. Capaz de moverse como pez en el agua con 16 metros de brocatel (tejido grueso en seda elaborado de forma artesanal en telar de madera y bordado con metales, oro o plata), una cola de tres metros y unos tacones de vértigo. Peinada y maquillada por el estilista oficial, Miguel Ángel Leal. Está preciosa.

El diseño de Ana Belén, en verde botella y oro, ha sido un reto para Balbino porque, por primera vez en la historia de los 25 años de la pasarela de la Gala del Puerto, la Belleza y sus Damas del Foc, se han vestido de noche pero con la misma temática. Una iniciativa de la Federación de Les Fogueres de Sant Joan, liderada por su presidente Manolo Jiménez, que «nos hizo muchísima ilusión a todas», cuenta Ana Belén. La firma Vives i Marí, pionera en el oficio de la seda valenciana y muy generosa, obsequió a todas y cada una de ellas con sus telas. Y a partir de ahí, comenzó el proceso creativo para Balbino.

«Ha sido complicado, porque es un traje de noche elaborado con tela de alicantina. El color lo eligió Ana Belén. Después, dijo '¡Hazme lo que quieras!'. Me ha dado libertad de movimiento total», explica el diseñador. Pero confiesa que vivió su momento de bloqueo porque «estoy acostumbrado a utilizar estas telas para confeccionar faldas de alicantina. Y, en esta ocasión, el tejido me ha condicionado para hacer el diseño».

Pero Balbino que nació, se crio y creció con la banda sonora de la máquina de coser de su madre, Josefa Hernández, modista, como también lo fue su abuela, bisabuela y tatarabuela, supera el bloqueo. «¡Yo te he parido para esto!», recuerda que le decía siempre su madre. Perfeccionista y obsesivo con todo, y más con el trabajo, le dio una vuelta de tuerca consiguiendo la fusión que buscaba. El resultado, una explosión de creatividad, un diseño espectacular en el que «he buscado el equilibrio, entre la parte de arriba y la falda. Es una tela con relieve, el dibujo está muy marcado, es preciosa pero muy recargada». El cuerpo del vestido es un body de malla de tul de seda transparente con aplicaciones bordadas de la falda. Mientras, en el probador del atelier, el modisto le hace la última prueba del vestido a Ana Belén. Ella pide más ahuecamiento en la falda: «Quiero ahuecarla más de la cintura para que se asemeje, todavía más, a la falda de alicantina». Belleza hasta la médula, tanto que lleva tatuadas las coordenadas de la Calle San Vicente, su hoguera. El diseñador le pone un segundo cancán, este más pequeño, y sólo sobre su estrecho talle. «¡Más de siete metros lleva sólo en su cintura de 65!», asegura Balbino. La falda tiene 6 tablones (pliegues grandes) como guiño al traje de alicantina que lleva dos. Sólo por la riqueza del tejido, el traje de Ana Belén es uno de los más caros que ha desfilado por la tradicional pasarela de la Gala del Puerto. «Solamente en tela, la belleza lleva más de 6000 euros», confiesa Balbino.

Siempre me he preguntado qué hacen después estas chicas, las Bellesas del Foc, con esos trajes tan espectaculares que lucen. ¿Encargan un ropero a medida?¿Alquilan una nave?¿Un guardamuebles?¿Lo donan al Museo del Traje?. Bromas aparte, en el caso de Ana Belén está clara la respuesta. «Me haré una falda de alicantina», confiesa.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats