William Kentridge se sirve de un extenso abanico de disciplinas artísticas -dibujo, escultura, fotografía, teatro, cine- para retratar la humillación sufrida por la población negra y la tensión aún vigente en muchos sectores de la sociedad de su país. Su padre, Sydney, fue uno de los famosos abogados defensores de los derechos civiles de las víctimas del apartheid, lo que impulsó a Kentridge a interesarse por la historia de su país y condicionó su polifacética obra.

En 1976 obtuvo el título de Ciencias Políticas en Witwatersrand, precisamente uno de los habituales escenarios de las recientes protestas contra la «descolonización» de la enseñanza en Sudáfrica, y posteriormente estudió durante dos años en la Fundación de Arte de su ciudad natal.

En el inicio de su carrera, Kentridge alternó el diseño de producción de series televisivas con la enseñanza de grabado, etapa en la que desarrolló una técnica propia de animación propia con la que filmó 9 Drawings for Projection (9 Dibujos para Proyección), una serie de cortos que le valió el reconocimiento mundial.

El largometraje, filmado en película de 35 milímetros, cuenta en nueve pasos la historia del dueño de una mina que se niega a aceptar los cambios sociales y políticos que atraviesa Sudáfrica: un único dibujo de carboncillo que experimenta múltiples variaciones en sus trazos y elabora un discurso narrativo a través de la transformación.

«Mi trabajo es la provisionalidad del momento», definió el propio autor, que mantiene el dibujo de influencias goyescas como principal vehículo expresivo, combinándolo con continuas incursiones en el cine y el teatro.

Una de las más recientes es la obra de marionetas Ubú y la Comisión de la Verdad, una revisión de Ubú Rey de Alfred Jarry en la que, una vez más, airea los crímenes cometidos durante el antiguo régimen de discriminación racial.

Su obra, expuesta en los principales espacios expositivos del mundo -MoMa, Louvre y Albertina , entre otros-, está particularmente arraigada en su país, aunque intenta abordar de una forma global las humillaciones sociales.