Desde los años 30 del siglo pasado lleva la Diputación de Alicante realizando excavaciones en el yacimiento del Tossal de Manises. El tiempo pasa, la tecnología evoluciona y en todos estos años han sido muchas las fases de investigación, las campañas realizadas y las horas de trabajo para conseguir su musealización y hacerlo visitable. Lucentum se ha convertido por derecho propio en uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la Comunidad Valenciana y una de las pocas ciudades romanas conocidas con profundidad. Pero todo ello se hacía desde el paraguas del Estado que ostentaba su propiedad.

Tras varios años de gestiones y requisitos burocráticos, el yacimiento de Lucentum, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1961, ha pasado hoy a manos de la Diputación, después de que Patrimonio del Estado diera luz verde a la cesión gratuita de la propiedad a la institución provincial, que hoy ha aprobado por unanimidad en el pleno la aceptación de esta resolución, que ya fue aprobada la pasada semana en la Comisión de Cultura.

«La situación no cambiará en nuestra manera de funcionar en el yacimiento -asegura el diputado de Cultura, César Augusto Asencio-; no supone un desembolso presupuestario más, no tiene ningún efecto económico ni fiscal, se trata de que ahora tendremos la autogestión total y el prurito de que el yacimiento es nuestro».

Y es que es la Diputación la que se ha encargado de sus excavaciones, su mantenimiento, su recuperación, su musealización y sus campañas arqueológicas, sobre todo desde los años 90, con el trámite burocrático que suponía tener que solicitar para cualquier actuación los permisos pertinentes al Estado. «Había que pedir autorización para todo, para hacer obras, para cualquier trabajo o actividad que hiciéramos ahí y ahora las decisiones serán nuestras».

Esta cesión de propiedad no es habitual en el ámbito patrimonial, por lo que es una gran noticia para Alicante. Sobre todo, en un caso como el de Lucentum en el que el coste para Patrimonio era cero y que, además, se encuentra en un estado de conservación y mantenimiento excepcional. «No es muy habitual que el Estado se desprenda de un patrimonio así, pero la Diputación lleva trabajando allí desde los años 30, con una trayectoria muy potente y lo lógico era que el desenlace fuera este», afirma Asencio.

El proceso ha sido largo e intenso, en el que el último escalón se ha centrado en una labor registral sobre los títulos de inscripción del yacimiento. Una vez solucionado ese escollo se aprobó esta cesión, que tiene como único requisito el que la Diputación no puede enajenar la propiedad a un tercero.

Por su parte, la institución provincial ha aceptado con la condición de que se resuelva la concreción de la superficie de este espacio, ya que no coincide la que se recoge en los títulos de propiedad con la de los registros catastrales. «Habrá que hacer un expediente para adecuar estos dos términos», destaca el diputado sobre la superficie del yacimiento, estimada en unos 25.000 metros cuadrados.

Una vez que se ha aprobado la aceptación de la cesión en el pleno de hoy, habrá que esperar a la firma del acuerdo con el Ministerio de Hacienda, todavía sin fecha, y posteriormente el yacimiento de Lucentum se registrará en el inventario de bienes de la Diputación Provincial.

Los orígenes de la ciudad de Lucentum se remontan a finales del siglo V o inicios del siglo IV antes de Cristo, aunque poco se conoce de esta primera fase de ocupación. El panorama cambia en el último tercio del siglo III antes de Cristo, fecha de la que data la construcción de una potente fortificación que rodea por completo el yacimiento. Fue en esa época romana cuando se le dio el nombre de Lucentum, ciudad que mantuvo su actividad urbana y comercial hasta el siglo II después de Cristo, momento en el que se inicia un periodo de decadencia que culminará con el abandono definitivo y su desaparición en el siglo III después de Cristo. Tras un nuevo período de ocupación esporádica, se utilizó como espacio funerario, entre los siglos VIII y X después de Cristo.