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Puntadas con hilo

Pasión desde el balcón

Un evento tradicional y singular con aroma a incienso reúne a políticos, empresarios, abogados y representantes de cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, entre otros

Pasión desde el balcón

Todo preparado, pétalos de rosas, balcones engalanados, megafonía€ Pero, antes de la procesión hay que coger fuerzas. Nada más atravesar la portalada de su «hotelito con encanto» se percibe su presencia. «¡Es que no tenéis casa!», grita bromeando Pedro Picazo, propietario de Les Monges Palace. Sus invitados levantan la mirada y sonríen. Continúa la fiesta. «Siempre salimos más animados», comenta Pepe Pamblanco, presidente perpetuo del Divino Amor que está entusiasmado con la celebración del 75 aniversario de la refundación de su cofradía. Medallas, medallas y más medallas (lo digo por los intendentes, comandantes y capitanes). También, políticos, empresarios, médicos, abogados€ Pero sólo él puede decir algo así sin que nadie se sienta ofendido y coja la puerta. Pedro es así, descaradamente encantador. La discreción no va con él, es único y especial. Es el anfitrión que toda fiesta anhela tener.

Lleva 20 años celebrando este cóctel para amigos, familiares y miembros de la Cofradía Sacramental del Cristo del Divino Amor y Virgen de la Soledad que sale desde el Convento de las Monjas de la Sangre, justo enfrente de Les Monges Palace (uno de los edificios más singulares del casco antiguo alicantino, de 1912). Todos los años recibe a diferentes personalidades de la sociedad alicantina. «Nadie hace nada parecido en Alicante, yo lo hago porque me nace», asegura Pedro. Cerca de 100 personas pasaron por su casa el pasado miércoles santo en apenas una hora. «Este evento es toda una institución», confiesa Pedro mientras se recoloca el pañuelo de seda que lleva en el cuello. Su madre, Catalina (86), sentada en un sillón vintage observa.

La cofradía del Divino Amor, que preside Jorge Crespo, está integrada por nombres muy conocidos de la sociedad alicantina. Entre los asistentes al evento de Picazo, el exministro José Manuel García Margallo, que procesionó por primera vez con la Virgen de la Soledad de la mano del vicepresidente de la Diputación de Alicante, Carlos Castillo, hermano de honor de la Cofradía. También, José Mª Conesa, Intendente General Jefe de la Policía Local de Alicante, y su esposa Pilar Morales, el subdelegado de Defensa, José Carlos Martínez, Benito Torrecillas, delegado provincias de ISFAS, Demetrio Muñoz, jefe del MOE, el comandante Agustín Miralles y el capitán de navío, Álvaro Fernández. Los médicos Enrique Chipont, con su esposa Pepa Ripoll, José María Gómez-Reino, con Mónica Menor y Antonio Server, hermanos de honor de la cofradía. También, Ana Planelles, de Nuevo Futuro, Nacho Lloret, empresario de la Plaza de Toros de Alicante, el director del CDT, Antonio Crespo, Pablo Rico, propietario de Diurno, y la cantaora Lina Baños, entre otros muchos.

«¡A los balcones!», avisa Pedro. Los que procesionan, van saliendo. Los que no, nos repartimos entre el primer y segundo piso. La vista es privilegiada. Primero, el Cristo. Después, la Marinera. Desde el balcón, Pedro da la salida. Saeta. Sube y baja escaleras. Pedro casi levita: «¡Los pétalos delante de la Virgen! ¡Qué no caigan en los faroles y se apaguen!». Obedecemos. Los faroles continúan su misión indemnes. «¡Soledad!», grita Pedro. «¡Guapa!», contestan los cofrades, costaleros y la multitud congregada. «¡Guapa, guapa y guapa!», exalta Picazo por el micrófono. A pesar del fervor y la emoción, es inevitable el recuerdo de tiempos pasados. El mismo lema que usó Castedo para promocionar la ciudad. Pero aquí la protagonista es la Marinera.

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