Venecia tiene el privilegio de ser testigo del «tesoro» rescatado de «El increíble», un barco que naufragó hace «unos dos mil años», configurado por el artista británico Damien Hirst en su nueva propuesta.La exhibición, cuyo contenido se ha mantenido en secreto hasta ayer, es la primera en solitario en Italia de Hirst (Bristol, Reino Unido, 1965) desde 2004 e invade los espacios expositivos de la Punta della Dogana y el Palazzo Grassi.