Del nacimiento a la muerte. Los actos oficiales para conmemorar el 75 aniversario de la muerte de Miguel Hernández comenzaron en la casa natal del poeta y terminaron ante su tumba en Alicante. Por el medio, reivindicaciones al Consell, problemas de protocolo, ausencia del ministro de Cultura y, al final, una vuelta de tuerca más a la petición de la nulidad del proceso que le condenó.

«Se ha ocultado demasiado tiempo al gran poeta. Su potencia y sus valores. A partir de este momento este espacio es un santuario laico en el que reivindicar la poesía que, con más de 80 años, sigue siendo legítima y actual». Así resaltó ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, la figura de Hernández en el acto de la entrega de llaves de la casa natal del poeta al Ayuntamiento de Orihuela.

Un acto que reunió también a los conselleres de Hacienda y Patrimonio, Vicent Soler, y de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación, Manuel Alcaraz, en el marco de la firma de un protocolo de regularización para formalizar los trámites de la cesión. También asistieron la directora general de Cultura, Carmen Amoraga, y el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, entre otros.

Pese a que el Consistorio recibió oficialmente las llaves del inmueble ayer, este cerró sus puertas horas después. No obstante, la edil de Cultura, Mar Ezcurra, quien no acudió al acto al coincidir con las actividades organizadas en el Rincón Hernandiano, apuntó a que «mañana (por hoy) la casa estará abierta, quiero evitar la foto de la vergüenza», como ya ocurrió en 2010, cuando se abrió durante la conmemoración del centenario del nacimiento de Miguel Hernández para no volverse a abrir hasta ayer.

Sin embargo, el inmueble se encuentra vacío, sin ningún tipo de documento, archivo o referencia a la vida y obra del poeta. Y así seguirá durante las próximas semanas, puesto que «aunque estamos trabajando en un proyecto para darle vida, aún no está cerrado. Yo apuesto por un centro cultural, donde organizar actos, aglutinar a investigadores y que sea un atractivo también para los que visitan el Rincón Hernandiano».

También estuvo ausente en el acto de ayer Aitor Luis Larrabide, director de la Fundación Miguel Hernández, quien excusó su presencia por problemas de agenda, al tener previsto otros actos. Pese a que el proyecto inicial para la casa natal era albergar el archivo audiovisual del poeta, Larrabide apuntó que de momento «nadie se ha puesto en contacto con nosotros oficialmente para ningún proyecto».

Por tanto, para conmemorar la celebración del 75 aniversario de la muerte de Miguel Hernández hubo que trasladarse al Rincón Hernandiano, donde escolares de toda la ciudad realizaron un flashmob con el tema del grupo oriolano Generación 91 dedicado al poeta universal. Durante la mañana también visitaron la Casa Museo del escritor, y por la tarde el grupo de Teatro Expresión se encargó de dar vida a la casa donde vivió el poeta, con actuaciones y representaciones del día a día del poeta cabrero. También se representó la obra de La maleta de Miguel y desde media tarde se realizó una vigilia poética.

Polémica

Por otra parte, el acto de la entrega de llaves estuvo marcado por el «lío político» entre Ayuntamiento y Consell, que deslució una iniciativa que en teoría trataba de reivindicar la figura de Miguel Hernández coincidiendo con la efeméride. El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, quien abrió el acto de la firma del convenio y la entrega de llaves, comenzó dedicando unos segundos a apuntar a que ayer era «un día importante porque hace justo 75 años que se truncó su vida y obra», para luego emplear varios minutos a excusar el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, por su ausencia, tras anunciar el Ayuntamiento que estaría presente en la ciudad. Fuentes cercanas al partido aseguraron a este diario que nunca se concretó esta visita, aunque el alcalde tuvo a bien leer un correo electrónico recibido esa misma mañana, dijo, en el que el ministro excusaba su visita y manifestaba su deseo de retomarla más adelante.

A partir de ahí, las palabras del alcalde se centraron en exigirle al presidente del Consell que acelerara los trámites para la cesión de los demás edificios pendientes: los antiguos juzgados, el Museo de la Muralla y el Ahogadero de la Seda. «El 12 de diciembre visitabas Orihuela con la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, para establecer de un convenio que incluyera estos edificios. Agradecemos tu talante y predisposición, pero tenemos el bolígrafo preparado para firmarlo, y me veo en la obligación de insistirte en que hagas el mayor esfuerzo posible» para que sea una realidad.

El resto del discurso fue para exigir de nuevo «que defiendas los derechos de tus vecinos que hablan el castellano», a lo que dedicó varios minutos más, por lo que de los diez que duró la intervención del acalde, apenas uno y medio fue para hablar de Miguel Hernández, si bien esa defensa del castellano la hizo en la «obligación desde Miguel Hernández, poeta que expresó en su lengua materna, el castellano», todo su poemario.

A esto se añadió que mientras este recibimiento tenía lugar a las afueras de la casa natal, ya que el espacio en el interior es muy reducido, el gabinete de Protocolo de Alcaldía mantenía una acalorada discusión con el gabinete de la Generalitat a cuenta de quién ocupaba las 8 sillas disponibles.

La presencia de los conselleres, el alcalde alicantino, el presidente de la Generalitat y el propio Bascuñana apenas dejaba asientos libres y desde el Ayuntamiento de Orihuela reclamaron que sus representantes tuvieran derecho a tomar asiento; desde el teniente alcalde, Juan Ignacio López-Bas, hasta el concejal y diputado provincial Paco Sáez, o el edil de Patrimonio, Rafael Almagro, algo que no admitían desde el Consell por protocolo, pues eso implicaba dejar a otros invitados de pie. La discusión entre los dos gabinetes era audible desde la puerta de la Casa Natal, pese que estaba teniendo lugar varios metros más al fondo, y en su transcurso tuvo que intervenir también la responsable de prensa de Echávarri. Finalmente, se optó por instalar dos sillas más.

La comitiva se desplazó posteriormente hasta Alicante, donde la cita era en el cementerio, primero en el nicho donde en principio se trasladaron los restos del poeta y luego ante su tumba. Allí, el presidente Puig y el alcalde Echávarri depositaron una corona de laurel, después de que la directora de Cultura, Carmen Amoraga, leyera el poema Vientos del pueblo del oriolano.

Además, la Sociedad Filatélica y Numismática Alicantina presentó ayer el sello personalizado, sobre y tarjetas por el 75 aniversario del fallecimiento de Miguel Hlernández. El acto tuvo lugar en el Centro de Asociaciones y el Voluntariado de Alicante.