El poemario La semilla del óxido, obra de José Luis García Herrera (Barcelona, 1964) obtuvo ayer el Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández-Comunidad Valenciana de 2017, gracias a su «reflexión sobre las raíces de la vida», como apuntaron desde el jurado, presidido por Francisco Javier Díez de Revenga, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Murcia. La obra del catalán se impuso a los otros 362 poemas presentados, en una edición aún más especial, si cabe, en honor al poeta universal oriolano, ya que precisamente hoy se celebra el 75 aniversario de su muerte en la cárcel de Alicante.

El poeta, que es técnico químico alimentario y trabaja en el sector lácteo como químico de aromas de estos productos, acumula, pese a que el oficio de las letras es «una afición por necesidad de expresar mis ideas y sentimientos», una larga trayectoria en cuanto a publicaciones y premios relacionados con la poesía, con 25 títulos publicados.

Sin embargo, este galardón «es el más importante, a nivel económico, que recibo», seguró a este diario, ya que está valorado en 8.000 euros, una cifra inferior al del año pasado, que ascendió a los 15.000. No obstante, esto le permitirá que «este verano tenga unas vacaciones muy especiales», ya que para él se trata de un verdadero premio y no de una materia más de su trabajo, al tratarse de pura afición por la poesía.

El motivo de que no haya dedicado su vida profesional a las letras y haya elegido la cara opuesta, las ciencias puras, se debe a que «como se dice, de la poesía no se come, se puede merendar, y no siempre». Y eso que su pasión por los versos viene «desde que era pequeño. Siempre me ha gustado escribir, y a medida que pasaron los años vi que no era solo una afición pasajera, aunque es cierto que al final me dediqué a otra cosa».

Aun así, cuenta con 25 libros de poesía publicados y ha recibido premios como el Luys Santamarina el pasado año 2016, por su obra Mares de Escarcha, o el premio Miguel de Cervantes en Armilla en 2015, que se suman a muchos otros desde que recibió el primer galardón en 1989. Tampoco es la primera vez que se presenta a este certamen de poesía, pues «ya lo intenté dos o tres veces, pero es muy difícil, así lo que dejé y este año me animé de nuevo. La verdad es que no me lo esperaba, cuando he recibido la llamada no me lo podía creer. Es muy difícil; es como si te tocara la lotería»

Díez de Revenga destacó que uno de los motivos que les ha llevado a decantarse por este poemario es que se trata de «una obra muy cohesionada, con un lenguaje muy actual y una presencia decidida del mundo contemporáneo».

El presidente de la Fundación Miguel Hernández, Aitor Luis Larrabide, destacó que este año se han presentado al certamen 363 trabajos, 43 más que en la edición anterior, lo que confirma la buena aceptación del mismo. Como cada año, se han recibido poemarios de más de una treintena de países, principalmente de Europa y de América Latina.

Larrabide incidió en la importancia de mantener viva la poesía, ya que se trata del «mejor homenaje» que se le puede hacer al poeta oriolano. La editorial Devenir, encargada de publicar la obra, adelantó que se distribuirán 1.500 ejemplares y destacó que, en ediciones anteriores, el 60% del mercado era extranjero, confirmando la internacionalización del certamen. El jurado lo completaban los profesores Pilar Blanco, Arcadio López-Casanova y Joaquín Juan Penalva y el editor Juan Pastor.