Comparten el placer del dibujo, se conocen desde hace años y se admiran mutuamente. Antes de que los alicantinos Pablo Auladell y Javier Sáez Castán fueran reconocidos con los últimos premios nacionales de Cómic e Ilustración, respectivamente, ya llevaban dándole vueltas a su primera historia conjunta, Dorothy, que acaban de presentar en Las Palmas.

La obra ha resultado ganadora entre 183 propuestas en la séptima edición del Concurso Internacional de Álbum Ilustrado Biblioteca Insular de Gran Canaria, dotado con 11.000 euros y convocado con la editorial catalana A Buen Paso, encargada de su publicación.

Dorothy. Déjale entrar es el título completo de esta historia sin edad lectora sobre una pareja de granjeros del medio oeste americano cuyas vidas cambian con la llegada de un tornado al que deciden adoptar.

«Estos viejos granjeros establecen una relación absurda con el tornado, piensan que lo tienen que cuidar, no saben si les manda un mensaje. No son capaces de ver la realidad, que es terrible, y que disfrazan de una ficción banal», explica el autor de los textos, Javier Sáez, que «desde el principio del proyecto lo veía con los dibujos de Pablo [Auladell]».

Sáez, autor e ilustrador a partes iguales, suele escribir y dibujar sus cuentos, «pero que yo sea ilustrador no me convierte en el mejor para mis proyectos y encontrar a alguien que lo va a hacer mucho mejor que tú no es una frustración, sino todo lo contrario, y eso es lo que me motivó para pedírselo a Pablo».

Auladell, que piensa que a Sáez deberían concederle también el Premio Nacional de Narrativa, aceptó la propuesta «por la calidad del texto, que es buenísimo. Es una historia muy chula y muy divertida, con los mimbres de Javier, que se mueve entre el absurdo y el disparate con una fina ironía, y trabajar con algo así es un gusto, un placer», señala.

A Auladell no le pesó el «mundo particular» de Sáez como ilustrador porque él le dio libertad para trabajar «y porque me dijo había pensado en mí porque se me daban bien los paisajes desolados, así que me esforcé en que eso al menos me saliera bien», bromea, además de enfrentarse a unos personajes «muy potentes, incluido el tornado, que es otro personajillo».

El resultado de las ilustraciones muestra que Sáez acertó, ya que a su juicio los dibujos son «fabulosos, extraordinarios». «Me esperaba ese manejo del ambiente y del espacio, pero luego los personajes me sorprendieron más aún: muy paródicos, casi caricaturescos, que casan muy bien con la historia. El mundo tiene forma de tornado y los personajes son un poco como niños. Es un cuento divertido que tiene algo de oscuro, como los dibujos, que los lectores tendrán que descubrir».

En un símil futbolístico, el Premio Nacional de Ilustración apunta que compartir el libro con Auladell «ha sido como jugar con alguien muy bueno al que yo le paso el balón y él mete el gol». Pero en la competición de metáforas, el Premio Nacional de Cómic replica que la voz cantante la lleva su texto: «Yo solo acompaño a Javier al piano mientras él canta».

«La verdad es que nunca habíamos tocado juntos y ojalá pudiera hacer algo más con Pablo, pero no es fácil porque él también tiene muchos proyectos», reflexiona Sáez Castán, que reconoce que compartir con él un álbum ilustrado puede ser «un poco adictivo», ya que «la parte de la ilustración es muy dura y puede ser muy refrescante trabajar con alguien y no tener que estar luchando también con los lápices».

Después de Las Palmas, Dorothy (que es como bautizan al tornado adoptado los granjeros de la historia) se presentará en Alicante el próximo mes de mayo, a falta de concretar la fecha. Será en la Biblioteca Pública Azorín.