Está considerado uno de los grandes músicos del barroco pero sus composiciones trascienden en el tiempo. Por eso Haendel (1685-1759) se ha convertido en una especie de referente para el compositor alicantino Ricardo Llorca que ha reimaginado y reinterpretado algunas de sus obras «con conceptos musicales del siglo XXI, con estructura y armonía de hoy, pero con la base de Haendel».

La última de ellas, un aria del alemán, que toma cuerpo con el título de Cavatina, composición cuyo estreno absoluto tendrá lugar hoy, a las 20 horas, en el ADDA, dentro del ciclo Alicante Actual. La pieza es un encargo del Centro Nacional para la Difusión Musical realizado al alicantino para el concierto que ofrecerá la pianista Alba Ventura.

Durante un minuto sonarán las notas originales de Haendel para pasar después a la nueva composición de Llorca. «El público no lo va a reconocer, conocerá el primer minuto que es el aria original para que la gente sepa a dónde va, pero después lo más normal es que no lo reconozca», apunta el compositor y profesor de la prestigiosa The Juilliard School de Nueva York, ciudad en la que reside. Asegura que los ensayos con Alba Ventura en Barcelona han sido muy satisfactorios, «porque Alba es una pianista muy musical, tiene una musicalidad innata».

Este es su tercer trabajo sobre una obra de Haendel, al que considera «un compositor completo, una delicia». De momento son ya tres obras de este músico las que ha reinterpretado. La primera fue el Concierto italiano para guitarra y flauta, que estrenó en el Liceo de Barcelona. «Después se hizo en Benidorm y luego se ha interpretado en muchas partes del mundo». La segunda, una obra para guitarra del alemán, «por encargo de Adam Levin, un guitarrista fantástico que la toca por todo Estados Unidos».

La experiencia de viajar con Haendel al siglo XXI «siempre ha sido buena», algo que hace con obras de cámara no con sinfónicas. De hecho no son muchas composiciones de cámara las que ha firmado el alicantino. «Tengo un ciclo de canciones, Dark side, que las hace Nancy Herrero por muchos teatros y otro ciclo de canciones, El combat del somni, y poco más, el resto de mi producción es orquestal». La última, Thermidor, que se estrenó el año pasado con la Orquesta Nacional de España.

El programa de este concierto, con el que Llorca se reencuentra con Alicante, se completa con Estudios 6 y 10 de Ligeti y con tres sonatas de Beethoven, músico al que va dedicado el Alicante Actual de esta temporada: la nº 14, la famosa Claro de luna; la nº 17, conocida como Tempestad, que marca el comienzo de una etapa nueva en la forma y en el fondo, y la nº 23, Appassionata, a la que su creador ponía en conexión con la tragedia de Shakespeare.

Ricardo Llorca se ha alejado durante unos meses de los rascacielos y se ha trasladado a Alicante buscando la tranquilidad que le permita concluir una nueva ópera, Tres sombreros de copa, basada en la obra homónima de Miguel Mihura. El estreno será el 20 de noviembre en el Teatro de Sao Paolo, que coproduce este proyecto junto a la New York Opera Society, de la que es compositor residente.

Fue en ese teatro brasileño donde Llorca presentó su primera ópera, Las horas vacías. Precisamente esa composición se convirtió en 2010 en la primera ópera en español que se estrenó en el Lincoln Center de Nueva York.

Cuando se produjo el encargo, hace ya dos años, « yo estaba leyendo la obra de Mihura, un texto precioso, con unos diálogos geniales, y tomé la decisión de llevarla a la ópera». Consiguió los derechos de la familia y comenzó a trabajar en esta adaptación, en la que «he cambiado mucho el texto porque hay cosas que son políticamente incorrectas en Estados Unidos y no se pueden poner así».

De hecho, el dueño del cabaret es negro y Llorca lo ha convertido en un mafioso italiano. Incluso el cabaret ha pasado a ser un circo, escenografía que firmará Joachim Schamberger. «Lo he simplificado y me he centrado más en la historia de amor», afirma el compositor que verá como suenan sus notas con la Orquesta de Sao Paolo, bajo la batuta del director Alexis Soriano.

De momento, se quedará en Alicante hasta junio, quitando dos semanas que estará de gira en Colombia con un proyecto que tiene por objetivo sacar a los chicos de la calle, con batucadas, e introducirles como nuevo público en la música. «Escribí una obra para batucada y orquesta, Borderline, que estrené en Madrid y ya se ha hecho en muchas ciudades».

Pero no se irá lejos, ya que del 3 al 7 de julio participará como profesor de composición en el XXIX Curso Internacional de Música de Benidorm, su ciudad natal. «Lo que voy a hacer es informar a los alumnos de lo que se está haciendo por el mundo porque realmente aquí, lo siento pero les tienen muy mal informados. Aquí solo se hace lo que se hace en Alemania, así que no sé dónde está la originalidad. Yo pienso que hay que evitar que el público se vaya a mitad de los conciertos, hay que ser respetuosos con él y hay que comprenderlo».