El diestro de Gerena (Sevilla) Manuel Escribano está a punto de volver a vestirse de luces; atrás ha quedado el doloroso proceso de recuperación de la gravísima cornada sufrida el pasado 25 de junio en la plaza de Alicante, por lo que considera que de nuevo le «ha llegado la hora de la verdad».

Escribano resultó alcanzado por un ejemplar de Adolfo Martín que le produjo severos destrozos vasculares y le ha tenido casi nueve meses en el dique seco.

«Miras hacia atrás y parece que todo ha transcurrido en un suspiro, como si no hubiera pasado nada, pero ya estoy de nuevo vestido de torero», explicó el matador sevillano antes de hacer el paseíllo en las Fallas de Valencia.

«Las sensaciones son de felicidad y satisfacción por haber conseguido algo que sabía que iba a costar tanto trabajo», argumentó, reconociendo que «la prueba de verdad es ahora». «La recuperación empezó desde el minuto uno para reaparecer lo antes posible y al final, cogerlo tan a tiempo, machacar tanto a pesar de estar entonces tan débil ha sido vital para llegar a hoy», recordó al tiempo que ha pulverizado el plazo inicial de dos años que le habían aventurado los médicos después de la grave cogida en Alicante.