Tan «punkies» como amantes de las buenas canciones pop, Los Punsetes regresan con un disco de pegada más directa en lo sonoro y que manda «la mierda a la mierda» en unas letras que refrescan su natural descaro, ya sea para cargar contra los males del mundo o contra los de la música (sin dar nombres). «Hay cierta ética algo exagerada en la melomanía que celebramos, porque odiar a algún grupo es parte de la afición a la música», opina Manu Sánchez, guitarrista y principal compositor de temas como Tu puto grupo, «un Frankenstein» dedicado a las bandas que los definirían a ellos por oposición. La canción constituye uno de los principales alicientes de ¡Viva! (Mushroom Pillow), su quinto álbum de estudio, «más amargo que irónico», a pesar de lo que el título pueda hacer pensar.

«Es sobre todo una mirada a la realidad desde la óptica de una persona un tanto amargada que reniega de todo», explica a Efe Sánchez, más conocido como Antonna, que integra la banda junto a Ariadna (voz), Jorge (guitarra) y Chema (batería).

La relevancia de las letras se hace patente desde el proceso mismo de composición, ya que suelen constituir el primer paso del mismo. «Cuando tenemos un trozo de letra, eso implica ya cierta música, una cadencia y una melodía», dice.

En ¡Viva! vuelven a dejar los controles en manos de Pablo Díaz-Reixa, alias El Guincho. «Es muy versátil y tiene las dos cosas que nos gustan: confianza y la posibilidad de hacer cosas diferentes sin cambiar de productor», cuenta.

A diferencia de LPIV (2014), en el que se trabajó por partes separadas a las que luego se aplicó mucha postproducción, esta vez querían grabar de una manera diferente, «tocando casi todos juntos» en pos de un sonido «más fresco y contundente», más afín al sonido del directo. Según su filosofía musical, «lo importante de los conciertos es fusilar un buen repertorio y tocar rápido, alto y fuerte».

Contrastan esas declaraciones con una puesta en escena que, aún hoy, sorprenderá a quien nunca les haya visto en vivo, pues todos miran al suelo, con la excepción de Ariadna, hierática, en contraste con la vívida musicalidad del repertorio. «Creo que ni ella sabe por qué lo hace, que es algo sobre todo intuitivo. Aunque parezca muy premeditado, no fue hablado, sino una forma bastante natural en la que cada uno buscó su hueco en el escenario», comenta Sánchez, que defiende que a él quienes le echan para atrás son los músicos «que piden palmas al público». En breve inician el periplo para promocionar este disco. El 24 de marzo tocarán en las Fiestas de la Magdalena de Castellón y en julio estarán en el Low Festival de Bemnidorm.