El Palau Comtal de Cocentaina es uno de los lugares que más interés despierta entre los visitantes a la capital de El Comtat. Un monumento emblemático que es un punto de paso obligado tras cruzar la plaza del Pla, ligada indefectiblemente a la fortaleza. La construcción de este alcázar «se sitúa en el siglo XIV, aunque se han encontrado restos arqueológicos de época musulmana que posiblemente pertenecen a una construcción anterior a la conquista cristiana», señala Ferrer Marset en un artículo que publicó en 1985. Los primeros residentes en este espacio fueron el señor feudal Roger de Llúria y sus descendientes y después llegaron los condes de Cocentaina, los Corella. Los nuevos señores, según la información aportada desde la concejalía de Patrimonio Cultural, «eran conocedores de avanzadas formas artísticas y constructivas que se estaban llevando a cabo en Italia durante los siglos XV y XVI», por tanto el alcázar «se convertirá en un palacio de aspecto renancentista».

Mientras se fue ampliando y construyendo nuevas estancias también se delimitó el espacio que se convertiría en la plaza.

Primero se conoció como el Pla o plaza «Palasio», para denominarse posteriormente Palacio y en el siglo XVII, Plaza de las Monjas, a razón de la construcción de un convento.

Desde Patrimonio Cultural cuentan que «a mediados y a finales del siglo XVII, las ausencias cada vez más prolongadas de los condes de Cocentaina, emparentados con la gran nobleza de la corona española, aumentó el deseo de incrementar la presencia simbólica de la familia en la vila». De esta manera «Diego de Benavides y de la Cueva, cumpliendo los últimos deseos de su esposa, Antonia Ruiz de Corella, X Condesa de Cocentaina, inició los trámites para erigir un monasterio dedicado al culto de la Virgen del Milagro». Un proyecto que salió adelante y «las clarisas, procedentes de Granada, fueron las encargadas de fundar el nuevo convento en 1659 y proteger el icono de la imagen custiodada en la capilla del palacio».

Con todo, esta antigua capilla «no reunía las condiciones necesarias para el culto a la virgen motivo por el cual el marido de la condesa decidió en 1656 construir una iglesia adosada a la parte destinada como dependencia de las monjas, la cual fue terminada en 1669 y bendecida e inaugurada el 19 de enero de 1670» (Ferrer i Tormos, 2005).

La plaza ha sido testigo de la evolución de estos importantes edificios así como de los cambios sociales y políticos de la capital de El Comtat. Los años han ido pasando y este espacio al aire libre también ha ido despidiendo elementos, como los árboles que habían, y dando la bienvenida a otros. Pero la importancia de este céntrico lugar ha sobrevivido a todos los tiempos y, en la actualidad, sigue siendo el epicentro de celebraciones muy queridas por los contestanos.

Cada 18 de abril, el humo y las llamas que recuerdan las lágrimas de la Virgen del Milagro inundan el Pla, mientras que al día siguiente los vecinos se concentran en este lugar para dar la bienvenida a la patrona del municipio, cuando sale del convento para ir a la iglesia de Santa María, al grito de «Mareta, Mareta».

En agosto, las tropas moras y cristianas realizan su entrada en la villa condal y el Pla se ha convertido en «la meta» de los desfiles y donde los capitanes y abanderados de las filaes y las escuadras especiales son recibidos por las autoridades civiles y festeras. Además de que el bando de la cruz y las huestes de la media luna libran una intensa batalla frente al castillo que preside un extremo de la plaza.

El enclave, durante las citadas fiestas, recibe a miles de personas. Pero, sin duda, cuanta más gente pisa este lugar es en la Fira de Tots Sants. Cuando el mes de octubre va dando paso a noviembre y las personas se preparan para recordar a los seres queridos que ya no están, Cocentaina celebra la Fira de Tots Sants y el Pla, desde hace unos años, es el punto de partida del certamen ya que desde los balcones del Palau se lee el Privilegio que concedió Pere El Cerimoniós a la vila para la celebración de la feria.

El comercio también ha escogido este enclave, puesto que cada jueves Cocentaina activa su mercado cuya zona central se encuentra en la plaza Venerable Escuder, pero la exposición de puestos también alcanza el Pla que, habitualmente, es una área de aparcamiento.

En las raíces del Pla quedan grabados los pasos de los contestanos y foráneos y ya esperan la llegada de nuevos acontecimientos y aventuras.