Unir Carmina Burana y La Fura dels Baus es «como si se juntaran el hambre y las ganas de comer», reflexiona Carlus Padrissa, director y fundador de la compañía catalana que este fin de semana muestra esta ópera contemporánea y revolucionaria en Alicante en su estreno en la Comunidad Valenciana. Las entradas volaron hace un mes para las tres funciones -a las 18 y 21 horas el sábado, y a las 12.30 horas el domingo- pero queda un 5% de las localidades que saldrá a la venta dos horas antes de la representación.

Con un montaje que rompe las reglas de la ópera tradicional y que subirá al escenario a 180 personas, entre músicos y artistas, Padrissa apunta que la Carmina Burana de La Fura es «una experiencia brutal» para el espectador, que sin embargo asegura que «lo va a pasar bien y será feliz durante una hora y cuarto. No es muy larga así que será como ir a un musical».

«Es una obra con una música muy rítmica, arcaica, que nos recuerda al latido del corazón cuando estábamos en el vientre de nuestra madre y, sobre todo, es muy vital. Carl Orff -que compuso la música entre 1935 y 1936 a esta colección de poemas de los siglos XII y XIII- hizo la partitura más vital de su vida y La Fura le ha aplicado sus elementos básicos de tierra, mar y aire desafiando las leyes de la gravedad», apunta el responsable de la compañía, cuyos artistas flotan en líquidos o se desplazan por las alturas.

La obra parte de unos textos poéticos de hace 800 años encontrados en 1803 que ensalzan el gozo de vivir y los placeres terrenales del amor y del deseo, que La Fura dels Baus ilustra con potentes imágenes escénicas «y que ya tiene la mitad el espectáculo ganado con la música de Carl Orff», que hará sonar una orquesta de 81 músicos jóvenes -ADDA Sinfónica- dirigida por Josep Vicent junto al Orfeón Valenciano.

Estrenada en el año 2009 y vista por más de 120.000 espectadores por todo el mundo, «esta es la más representada por La Fura porque engancha mucho, es muy popular y una versión muy llevadera, simple y fresca, que entra al espectador por el estómago, el corazón y la mente», explica Carlus Padrissa, que a modo de resumen presenta como «un canto a la vida, más sensual que sexual, y apto para todos los públicos» y que además contiene «una de las arias más bonitas, Dulcísima, que es como un orgasmo».

El director considera que esta es la obra perfecta para iniciarse en la ópera e, igualmente, para adentrarse en el universo creativo de La Fura, ya que «lo mejor es que este espectáculo rodea al público, la gente casi puede tocar a los artistas y solo faltaría quitar las sillas».

Con música en directo y más de 180 artistas en escena, este montaje que se realiza en el ADDA carece del habitual foso para la orquesta, que tocará envuelta en un cilindro. «Carmina Burana está pensada para auditorios más que para teatros porque el espectáculo está abierto y la gente está dentro de la historia. Hay una guía que está encima del público donde vuelan por encima, la obra se acerca a los espectadores y la gente agradece ese peligro», señala, con la diferencia de que en los auditorios los conciertos se realizan con las luces encendidas «y el nuestro es para soñar con las luces apagadas».

El espectáculo empieza con una novedad, una obertura escrita por Josep Vicent (Over-Fura) «que va creando un ambiente inspirado en el Mediterráneo».