VIPS como Reyes Monforte, Vanesa Romero, Norma Ruiz y Ana Obregón -entre otras- son fieles al diseñador alicantino Hannibal Laguna, que ha dado una lección de glamour atemporal con una colección que destacaba por ser una «eterna primavera».

Su costura, desde que empezó -y de eso ya hace muchos años- demuestra que es un detallista implacable y con una maestría única. Puedo decir que le he visto muchas veces personalmente cuidando cada detalle, cada costura y cada patrón hasta dejar perfecto cada ángulo, matiz, cuerpo o pieza. Es uno de los pasionales más increíbles que conozco a la hora de trabajar, desde hace mucho... y eso es lo que el couturier de nuestra tierra despliega en cada cita de Mercedes Benz Fashion Week Madrid.

En esta ocasión, «Silverspring» es una oda a la mujer muy Laguna, pero sobre todo a esas ninfas de un cuadro del Renacimiento pasadas por el tamiz de una alfombra roja, de un Teatro Kodak en L.A. o un maravilloso viaje en góndola camino al Bellini de Venecia, y por qué no, una isla griega como Skorpios o una increíble visita a una Ópera en Nueva York. Su mujer es glamourosa, y lo sabe, es poderosa pero cada vez más liviana, ligera de formas y eterna, y lo sabe. Y eso es lo que le hace un diseñador interesantísimo en la escena mundial desde que empezó hace más de 20 años.

Esas mujeres de pantalones holliwodienses, dignas de Katerine Hepburn o de Greta Garbo, esas florales caídas en sedas estupendas que bailaban al son de un paso firme de femeninas siluetas, es perfecto. Por no hablar de los T-shirt (tops) de cristales y pedrería espectacular con espaldas abiertas a la imaginación y el roce de la piel satinada. Y las faldas, algunas con una caída a tobillo y un vuelo acampanado armado clásico en raso de seda y cuerpos con aplicaciones es muy clásico en él, pero no por eso un paso más, una evolución más e importante.

Lo que ocurre es que Hannibal Laguna, el perfeccionista más increíble que tiene la moda de nuestro país posiblemente, se manifiesta en los detalles. En esos imperceptibles toques, apliques, patrones, vueltas internas a siluetas y pequeños suspiros de sueños casi ocultos... hasta que te vistes con ellos, y entonces, solo entonces, descubres que son pieles perfectas que construyen tu propio cuerpo, lo remodelan y o realzan con cariño y mimo y te sientes arropada para bajarte de ese coche o llegar a ese evento o a ese momento de tu vida donde esa seguridad es vital.

«Silverspring» es algo más

Por eso «Silverspring» es algo más, no solo por la belleza del look pulido también de sus cabezas, o esos maquillajes nacarados elegantizados o porque los zapatos son una buena muestra de que en Elda se hacen grandes cosas, sino porque es una construción manierista, hiperrealista incluso, de sí mismo en la tarea y la búsqueda de la belleza, ese eterno debate que en Hannibal Laguna siempre resulta un éxito diez. Una vez más, felicidades. Y más felicidades por esos colores pasteles, azules, corales, amarillos profundos, oros a mostaza, rosas palo, nudes, o blancos clásicos con un ligero toque azulado de fondo.