«Aquella mañana transparente de verano empezó la vida, cuando vio nacer las letras al reverso del papel, que se movían como larvas en un capullo, con el leve temblor de sus manos». Así comienza el relato ganador del Premio de Cuentos Gabriel Miró, Sin destino, obra del escritor mexicano Guillermo Marquet Ruibal, que se ha alzado con el máximo galardón en su 59 edición. El segundo premio también ha recaído en un autor hispanoamericano, el cubano Norge Carlos Céspedes, finalista con su cuento Buscando un sueño a medianoche.

El Premio de Cuentos Gabriel Miró, creado en 1955 y organizado por la Fundación Caja Mediterráneo, regresa tras tres años de ausencia en una nueva edición que se celebrará cada dos años, al igual que el premio de novela corta Gabriel Sijé, que a partir de ahora se alternará con el primero.

Los cuentos ganadores han sido seleccionados entre 2.323 relatos admitidos, de los más de 3.000 presentados en esta edición, que han sido enviados desde 32 países, con gran peso de los autores procedentes de Hispanoamérica.

El jurado del certamen, presidido por Joaquín Santo Matas, ha destacado que el relato Sin destino ha sido elegido «por unanimidad» y en él se cuenta la historia de un cartero de la ciudad mexicana de La Paz que fantasea con mundos lejanos a través de las cartas que reparte en una finca deshabitada.

Santo Matas indicó que la obra de Marquet Ruibal -quien ha ganado, entre otros, el XXVIII Premio Nacional de Cuento Fantástico y de Ciencia Ficción de México- es un cuento en estado puro «de gran belleza narrativa y riqueza de vocabulario» que ha destacado por «su capacidad descriptiva y prosa poética cargada de metáforas». «Es un cuento muy bello y una delicia poderlo leer», concluyó sobre el ganador, que recibirá 4.000 euros.

Dos mil euros de premio obtendrá autor cubano del cuento finalista, Buscando un sueño a medianoche, que transcurre en un hotel al que llegan dos personas buscando a un tercero que se hospeda allí, y donde el recepcionista les recibe mientras lee un libro de Ernest Hemingway.

El miembro del jurado y director del Instituto Gil-Albert, José Ferrándiz Lozano, explicó que «se trata de un cuento muy dialogado, al contrario que el anterior, que es más descriptivo, pero en ambos el desenlace se produce casi en la última frase». En el relato de Céspedes todo irá encajando con la literatura de Hemingway y su relato Los asesinos.

El veredicto del jurado se hizo público ayer en presencia del vicepresidente de la Fundación Caja Mediterráneo, Miguel Valor, quien señaló que la entidad «está orgullosa de continuar este premio que se inició hace tantos años» y que es uno de los más antiguos de España, tras recordar que se creó para honrar la memoria del escritor alicantino Gabriel Miró, en cuya fundación está depositado su legado.

Santo Matas subrayó la pureza del lenguaje en ambos cuentos, a pesar de las influencias anglófilas en esos países y afirmó que «los textos seleccionados mantienen palabras que perviven y que aquí quizá se hayan perdido».

Miguel Valor recordó que, como es tradicional, el cuento ganador se publicará próximamente en las páginas de INFORMACIÓN.